Además, cualquiera que toque su cama lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer;
(Levítico 15:5)
y cualquiera que se siente en aquello sobre lo cual el que tiene el flujo ha estado sentado, lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer.
(Levítico 15:6)
También, cualquiera que toque a la persona con el flujo lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer.
(Levítico 15:7)
O si la persona con el flujo escupe sobre uno que es limpio, éste también lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer.
Y toda montura sobre la cual cabalgue la persona con el flujo será inmunda.
(Levítico 15:9)
Todo el que toque cualquiera de las cosas que han estado debajo de él quedará inmundo hasta el atardecer, y el que las lleve lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer.
(Levítico 15:10)
Asimismo, a quien toque el que tiene el flujo sin haberse lavado las manos con agua, lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer.
(Levítico 15:11)
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Levítico 15:8 - Referencia Cruzada
Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre ustedes, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró (los rescató), trayendo sobre sí una destrucción repentina.
(2 Pedro 2:1)
Lávense, límpiense, Quiten la maldad de sus obras de delante de Mis ojos. Cesen de hacer el mal.
(Isaías 1:16)
Debe retener la palabra fiel que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen.
(Tito 1:9)
El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios,
(1 Timoteo 4:1)
Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema (maldito).
(Gálatas 1:8)
Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.
(Judas 1:4)
Acérquense a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo (que dudan), purifiquen sus corazones.
(Santiago 4:8)