Nueva Biblia Latinoamericana
el sacerdote les ordenará quitar las piedras que tienen la marca y arrojarlas a un lugar inmundo fuera de la ciudad. (Levítico 14:40)
Y hará raspar toda la casa por dentro, y arrojarán fuera de la ciudad, a un lugar inmundo, el polvo que raspen. (Levítico 14:41)
Luego tomarán otras piedras y reemplazarán aquellas piedras; y él tomará otra mezcla y volverá a recubrir la casa. (Levítico 14:42)
Sin embargo, si la marca vuelve a aparecer en la casa después de que él haya quitado las piedras y raspado la casa, y después de haberla recubierto con mezcla,
el sacerdote entrará y la examinará. Si ve que la marca se ha extendido en la casa, será una lepra maligna en la casa; es inmunda. (Levítico 14:44)
Derribará, pues, la casa, sus piedras, sus maderas y todo el emplaste de la casa, y los llevará fuera de la ciudad a un lugar inmundo. (Levítico 14:45)
Además, cualquiera que entre a la casa durante el tiempo que él la cerró, quedará inmundo hasta el atardecer. (Levítico 14:46)

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Levítico 14:43 - Referencia Cruzada

Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo son enredados en ellas y vencidos, su condición postrera viene a ser peor que la primera. (2 Pedro 2:20)
Todos ellos son rebeldes obstinados Que andan calumniando. Son de hierro y bronce; Todos ellos están corrompidos. (Jeremías 6:28)
Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, (Hebreos 6:4)
En tu inmundicia hay lujuria. Por cuanto Yo quise limpiarte Pero no te dejaste limpiar, No volverás a ser purificada de tu inmundicia, Hasta que Yo haya saciado Mi furor sobre ti. (Ezequiel 24:13)
Les ha sucedido a ellos según el proverbio verdadero: "EL PERRO VUELVE A SU PROPIO VOMITO," y: "La puerca lavada, vuelve a revolcarse en el cieno." (2 Pedro 2:22)
Estos son escollos ocultos (manchas ocultas) en los ágapes de ustedes (fiestas espirituales de amor), cuando banquetean con ustedes sin temor, apacentándose (cuidándose) a sí mismos. Son nubes sin agua llevadas por los vientos, árboles de otoño sin fruto, dos veces muertos y desarraigados. (Judas 1:12)