Y cantaban el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: "¡Grandes y maravillosas son Tus obras, oh Señor Dios, Todopoderoso! ¡Justos y verdaderos son Tus caminos, oh Rey de las naciones!
(Apocalipsis 15:3)¡Oh Señor! ¿Quién no temerá y glorificará Tu nombre? Pues sólo Tú eres santo; Porque TODAS LAS NACIONES VENDRAN Y ADORARAN EN TU PRESENCIA, Pues Tus justos juicios han sido revelados."
(Apocalipsis 15:4)Después de estas cosas miré, y se abrió el templo del tabernáculo del testimonio en el cielo.
(Apocalipsis 15:5)Y salieron del templo los siete ángeles que tenían las siete plagas. Estaban vestidos de lino puro y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro.
Entonces uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro llenas del furor de Dios, quien vive por los siglos de los siglos.
(Apocalipsis 15:7)El templo se llenó del humo de la gloria de Dios y de Su poder. Nadie podía entrar al templo hasta que se terminaran las siete plagas de los siete ángeles.
(Apocalipsis 15:8)Oí entonces una gran voz que desde el templo decía a los siete ángeles: "Vayan y derramen en la tierra las siete copas del furor de Dios."
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Apocalipsis 15:6 - Referencia Cruzada
Entonces vi otra señal en el cielo, grande y maravillosa: siete ángeles que tenían siete plagas, las últimas, porque en ellas se ha consumado (se ha completado) el furor de Dios.
(Apocalipsis 15:1)Cuando entren por las puertas del atrio interior, se pondrán vestiduras de lino; no se pondrán lana mientras estén sirviendo en las puertas del atrio interior y en el templo.
(Ezequiel 44:17)Aconteció que estando ellas perplejas por esto, de pronto se pusieron junto a ellas dos varones en vestiduras resplandecientes.
(Lucas 24:4)Tomarán para ello el oro y la tela azul, púrpura y escarlata, y el lino fino.
(Éxodo 28:5)En medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que Le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
(Apocalipsis 1:13)Entonces salió del templo otro ángel clamando a gran voz a Aquél que estaba sentado en la nube: "Mete Tu hoz y siega, porque la hora de segar ha llegado, pues la cosecha de la tierra está madura."
(Apocalipsis 14:15)