Nueva Biblia Latinoamericana
¿De qué sirve, hermanos míos, si alguien dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo? (Santiago 2:14)
Si un hermano o una hermana no tienen ropa y carecen del sustento diario, (Santiago 2:15)
y uno de ustedes les dice: "Vayan en paz, caliéntense y sáciense," pero no les dan lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve? (Santiago 2:16)
Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta.
Pero alguien dirá: "Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras." (Santiago 2:18)
Tú crees que Dios es uno (que hay un solo Dios). Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. (Santiago 2:19)
Pero, ¿estás dispuesto a admitir (¿quieres saber), oh hombre vano (necio), que la fe sin obras es estéril? (Santiago 2:20)

Otras publicaciones relacionadas con "Santiago 2:17":

Andrés Cisterna
Fe para recibir y para sufrir
En este sermón, el pastor habla sobre la fe y cómo a menudo se limita a la idea de obtener beneficios personales, como la prosperidad y la riqueza. Sin embargo, señala que la fe es mucho más que eso y se refiere a la capacidad de confiar en Dios en cualquier circunstancia.


Dr. Roberto Miranda
Declarar y creer no es lo mismo
Artículo del Dr. Roberto Miranda sobre la diferencia entre declarar y creer, y la importancia de tener una fe genuina para que Dios pueda obrar milagros en nuestras vidas.


Santiago 2:17 - Referencia Cruzada

teniendo presente sin cesar delante de nuestro Dios y Padre su obra de fe, su trabajo de amor y la firmeza (perseverancia) de su esperanza en nuestro Señor Jesucristo. (1 Tesalonicenses 1:3)
¿De qué sirve, hermanos míos, si alguien dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa fe salvarlo? (Santiago 2:14)
Y ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor: estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. (1 Corintios 13:13)
Tú crees que Dios es uno (que hay un solo Dios). Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. (Santiago 2:19)
Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadan a su fe, virtud, y a la virtud, conocimiento; (2 Pedro 1:5)
Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. (1 Corintios 13:3)
Pero el propósito (la meta) de nuestra instrucción (nuestro mandamiento) es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera. (1 Timoteo 1:5)
Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta. (Santiago 2:26)