Nueva Biblia Latinoamericana
Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es éste: tenemos tal Sumo Sacerdote, que se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, (Hebreos 8:1)
como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero, que el Señor erigió, no el hombre. (Hebreos 8:2)
Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios, por lo cual es necesario que este Sumo Sacerdote también tenga algo que ofrecer. (Hebreos 8:3)
Así que si El estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo sacerdotes que presentan las ofrendas según la Ley;
los cuales sirven a lo que es copia y sombra de las cosas celestiales, tal como Moisés fue advertido por Dios cuando estaba a punto de erigir el tabernáculo. Pues, dice El: "Haz todas las cosas CONFORME AL MODELO QUE TE FUE MOSTRADO EN EL MONTE." (Hebreos 8:5)
Pero ahora Jesús ha obtenido un ministerio tanto mejor, por cuanto El es también el mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. (Hebreos 8:6)
Pues si aquel primer pacto hubiera sido sin defecto, no se hubiera buscado lugar para el segundo. (Hebreos 8:7)

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Dr. Roberto Miranda
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Hebreos 8:4 - Referencia Cruzada

Ahora bien, si la perfección era por medio del sacerdocio Levítico, (pues sobre esa base recibió el pueblo la Ley), ¿qué necesidad había de que se levantara otro sacerdote según el orden de Melquisedec, y no designado según el orden de Aarón? (Hebreos 7:11)
Así atenderán a las obligaciones del santuario y a las obligaciones del altar, a fin de que la ira no venga más sobre los Israelitas. (Números 18:5)
Entonces los Israelitas dijeron a Moisés: "Vamos a morir; estamos perdidos; todos nosotros estamos perdidos. (Números 17:12)
Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en las cosas que a Dios se refieren, para presentar ofrendas y sacrificios por los pecados. (Hebreos 5:1)
como recordatorio (memorial) para los Israelitas de que ningún laico (extraño), que no fuera descendiente de Aarón, debería acercarse a quemar incienso delante del SEÑOR, para que no le sucediera como a Coré y a su grupo, tal como el SEÑOR se lo había dicho por medio de Moisés. (Números 16:40)
y se opusieron al rey Uzías, y le dijeron: "No le corresponde a usted, Uzías, quemar incienso al SEÑOR, sino a los sacerdotes, hijos de Aarón, que son consagrados para quemar incienso. Salga del santuario, porque usted ha sido infiel y no recibirá honra del SEÑOR Dios." (2 Crónicas 26:18)
Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla. (Hebreos 11:4)