Nueva Biblia Latinoamericana
Así que, hermanos, estén firmes y conserven (retengan) las doctrinas que les fueron enseñadas, ya de palabra, ya por carta nuestra. (2 Tesalonicenses 2:15)
Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia, (2 Tesalonicenses 2:16)
consuele sus corazones y los afirme en toda obra y palabra buena. (2 Tesalonicenses 2:17)
Finalmente, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor se extienda rápidamente y sea glorificada, así como sucedió también con ustedes.
Oren también para que seamos librados de hombres perversos y malos, porque no todos tienen fe. (2 Tesalonicenses 3:2)
Pero el Señor es fiel y El los fortalecerá a ustedes y los protegerá del maligno. (2 Tesalonicenses 3:3)
Tenemos confianza en el Señor respecto de ustedes, de que hacen y continuarán haciendo lo que les ordenamos. (2 Tesalonicenses 3:4)

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2 Tesalonicenses 3:1 - Referencia Cruzada

Y les decía: "La cosecha es mucha, pero los obreros pocos; rueguen, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha. (Lucas 10:2)
Oyendo esto los Gentiles, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor; y creyeron cuantos estaban ordenados a vida eterna. (Hechos 13:48)
Oren sin cesar. (1 Tesalonicenses 5:17)
Por lo demás, hermanos, les rogamos, y les exhortamos en el Señor Jesús, que tal como han recibido de nosotros instrucciones acerca de la manera en que deben andar (se deben conducir) y agradar a Dios, como de hecho ya andan, así abunden en ello más y más. (1 Tesalonicenses 4:1)
Oren también por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio, (Efesios 6:19)
Oren al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo (el Mesías), por el cual también he sido encarcelado, (Colosenses 4:3)
Y la palabra de Dios crecía, y el número de los discípulos se multiplicaba en gran manera en Jerusalén, y muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. (Hechos 6:7)
porque se me ha abierto una puerta grande para el servicio eficaz, aunque también hay muchos adversarios. (1 Corintios 16:9)
Hermanos, oren por nosotros. (1 Tesalonicenses 5:25)
Oren por nosotros, pues confiamos en que tenemos una buena conciencia, deseando conducirnos honradamente (bien) en todo. (Hebreos 13:18)
Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor. (Hechos 19:20)
Ustedes también cooperaron con nosotros con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don que nos ha sido impartido por medio de las oraciones de muchos. (2 Corintios 1:11)
Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se esfuercen juntamente conmigo en sus oraciones a Dios por mí, (Romanos 15:30)
porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como saben qué clase de personas demostramos ser entre ustedes por el amor que les tenemos. (1 Tesalonicenses 1:5)
Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba. (Hechos 12:24)
Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen. (1 Tesalonicenses 2:13)
por el cual sufro penalidades, hasta el encarcelamiento como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está presa. (2 Timoteo 2:9)
Por tanto, pidan al Señor de la cosecha que envíe obreros a Su cosecha." (Mateo 9:38)
Me postraré hacia Tu santo templo, Y daré gracias a Tu nombre por Tu misericordia y Tu fidelidad; Porque has engrandecido Tu palabra conforme a todo Tu nombre. (Salmos 138:2)
Porque saliendo de ustedes, la palabra del Señor se ha escuchado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también por todas partes la fe de ustedes en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada. (1 Tesalonicenses 1:8)
Porque ustedes mismos saben, hermanos, que nuestra visita a ustedes no fue en vano, (1 Tesalonicenses 2:1)