Nueva Biblia Latinoamericana
Porque si predico el evangelio (anuncio las buenas nuevas), no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo. Pues ¡ay de mí si no predico el evangelio! (1 Corintios 9:16)
Porque si hago esto voluntariamente, tengo recompensa; pero si lo hago en contra de mi voluntad, un encargo (una mayordomía) se me ha confiado. (1 Corintios 9:17)
¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Que al predicar el evangelio (anunciar las buenas nuevas), pueda ofrecerlo gratuitamente sin hacer pleno uso de mi derecho como predicador del evangelio. (1 Corintios 9:18)
Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar al mayor número posible.
A los Judíos me hice como Judío, para poder ganar a los Judíos. A los que están bajo la Ley, como bajo la Ley, aunque yo no estoy bajo la Ley, para poder ganar a los que están bajo la Ley. (1 Corintios 9:20)
A los que están sin ley, como sin ley, aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo, para poder ganar a los que están sin ley. (1 Corintios 9:21)
A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles. A todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos. (1 Corintios 9:22)

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1 Corintios 9:19 - Referencia Cruzada

si en alguna manera puedo causar celos a mis compatriotas (Israelitas) y salvar a algunos de ellos. (Romanos 11:14)
Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. (Juan 13:14)
Asimismo ustedes, mujeres, estén sujetas a sus maridos, de modo que si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres (1 Pedro 3:1)
¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes mi obra en el Señor? (1 Corintios 9:1)
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación. (Romanos 15:2)
Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza. Persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan. (1 Timoteo 4:16)
No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes quiera llegar a ser grande, será su servidor, (Mateo 20:26)
Por tanto, todo lo soporto por amor a los escogidos, para que también ellos obtengan la salvación que está en Cristo Jesús, y con ella gloria eterna. (2 Timoteo 2:10)
Pues ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? ¿O cómo sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer? (1 Corintios 7:16)
Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como siervos de ustedes por amor de Jesús. (2 Corintios 4:5)
A los Judíos me hice como Judío, para poder ganar a los Judíos. A los que están bajo la Ley, como bajo la Ley, aunque yo no estoy bajo la Ley, para poder ganar a los que están bajo la Ley. (1 Corintios 9:20)
Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; sólo que no usen la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros. (Gálatas 5:13)
Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. (Mateo 18:15)
Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. Por tanto, permanezcan firmes, y no se sometan otra vez al yugo de esclavitud. (Gálatas 5:1)
El fruto del justo es árbol de vida, Y el que gana almas es sabio. (Proverbios 11:30)
Hermanos míos, si alguien de entre ustedes se extravía de la verdad y alguien le hace volver, (Santiago 5:19)
así como también yo procuro agradar a todos en todo, no buscando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos. (1 Corintios 10:33)
Tengo obligación (Soy deudor) tanto para con los Griegos como para con los bárbaros (los que no son Griegos por nacimiento, ni por cultura), para con los sabios como para con los ignorantes. (Romanos 1:14)