Si alguien cree que sabe algo, no ha aprendido todavía como debe saber; (1 Corintios 8:2)

pero si alguien ama a Dios, ése es conocido por El. (1 Corintios 8:3)

Por tanto, en cuanto a comer de lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es nada (no tiene verdadera existencia) en el mundo, y que no hay sino un solo Dios. (1 Corintios 8:4)

pero para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y nosotros somos para El; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio de El existimos nosotros. (1 Corintios 8:6)

Sin embargo, no todos tienen este conocimiento. Porque algunos, estando acostumbrados al ídolo hasta ahora, comen alimento como si éste fuera sacrificado a un ídolo, y su conciencia, siendo débil, se mancha. (1 Corintios 8:7)

Pero la comida no nos recomendará a Dios, pues ni somos menos si no comemos, ni somos más si comemos. (1 Corintios 8:8)