pues Macedonia y Acaya han tenido a bien hacer una colecta para los pobres de entre los santos que están en Jerusalén.
(Romanos 15:26)Sí, tuvieron a bien hacerlo, y a la verdad que están en deuda con ellos. Porque si los Gentiles han participado de sus bienes espirituales, también están obligados a servir a los santos en los bienes materiales.
(Romanos 15:27)Así que cuando haya cumplido esto y les haya entregado esta ofrenda, iré a España llegando de paso a ver los.
(Romanos 15:28)Y sé que cuando vaya a ustedes, iré en la plenitud de la bendición de Cristo.
Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se esfuercen juntamente conmigo en sus oraciones a Dios por mí,
(Romanos 15:30)para que sea librado de los que son desobedientes (incrédulos) en Judea, y que mi servicio a Jerusalén sea aceptable a los santos,
(Romanos 15:31)y para que con gozo llegue a ustedes por la voluntad de Dios, y encuentre confortante reposo con ustedes.
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Romanos 15:29 - Referencia Cruzada
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los Gentiles las inescrutables riquezas de Cristo,
(Efesios 3:8)Haré de ellos y de los alrededores de mi collado una bendición. Haré descender lluvias a su tiempo; serán lluvias de bendición.
(Ezequiel 34:26)Me darás a conocer la senda de la vida; En Tu presencia hay plenitud de gozo; En Tu diestra hay deleites para siempre.
(Salmos 16:11)hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
(Efesios 4:13)y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios.
(Efesios 3:19)siempre en mis oraciones, implorando que ahora, al fin, por la voluntad de Dios, logre ir a ustedes.
(Romanos 1:10)Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
(Efesios 1:3)