Nueva Biblia Latinoamericana
Al día siguiente, mientras éramos sacudidos furiosamente por la tormenta, comenzaron a arrojar la carga. (Hechos 27:18)
Al tercer día, con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos de la nave. (Hechos 27:19)
Como ni el sol ni las estrellas aparecieron por muchos días, y una tempestad no pequeña se abatía sobre nosotros, desde entonces fuimos abandonando toda esperanza de salvarnos. (Hechos 27:20)
Cuando habían pasado muchos días sin comer, Pablo se puso en pie en medio de ellos y dijo: "Amigos, debían haberme hecho caso y no haber salido de Creta, evitando así este perjuicio y pérdida.
Pero ahora los exhorto a tener buen ánimo, porque no habrá pérdida de vida entre ustedes, sino sólo del barco. (Hechos 27:22)
Porque esta noche estuvo en mi presencia un ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, (Hechos 27:23)
diciendo: 'No temas, Pablo; has de comparecer ante el César; pero ahora, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.' (Hechos 27:24)

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Hechos 27:21 - Referencia Cruzada

Después de navegar lentamente por muchos días, y de llegar con dificultad frente a Gnido, pues el viento no nos permitió avanzar más, navegamos al amparo de la isla de Creta, frente a Salmón. (Hechos 27:7)
Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno (el Día de Expiación) había pasado ya, Pablo los amonestaba, (Hechos 27:9)
Hambrientos y sedientos, Su alma desfallecía en ellos. (Salmos 107:5)
Cuando estaba a punto de amanecer, Pablo exhortaba a todos a que tomaran alimento, diciendo: "Hace ya catorce días que, velando continuamente, están en ayunas, sin tomar ningún alimento. (Hechos 27:33)
Rubén les respondió: "¿No les dije yo: 'No pequen contra el muchacho' y no me escucharon? Ahora hay que rendir cuentas por su sangre." (Génesis 42:22)