Cuando entraban en la tienda de reunión y cuando se acercaban al altar, se lavaban, tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés.
(Éxodo 40:32)Moisés levantó el atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y colgó la cortina para la entrada del atrio. Así terminó Moisés la obra.
(Éxodo 40:33)Entonces la nube cubrió la tienda de reunión y la gloria del SEÑOR llenó el tabernáculo.
(Éxodo 40:34)Moisés no podía entrar en la tienda de reunión porque la nube estaba sobre ella y la gloria del SEÑOR llenaba el tabernáculo.
Y en todas sus jornadas cuando la nube se alzaba de sobre el tabernáculo, los Israelitas se ponían en marcha.
(Éxodo 40:36)Pero si la nube no se alzaba, ellos no se ponían en marcha hasta el día en que se alzaba.
(Éxodo 40:37)Porque en todas sus jornadas la nube del SEÑOR estaba de día sobre el tabernáculo, y de noche había fuego allí a la vista de toda la casa de Israel.
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Éxodo 40:35 - Referencia Cruzada
Los sacerdotes no podían entrar en la casa del SEÑOR, porque la gloria del SEÑOR llenaba la casa del SEÑOR.
(2 Crónicas 7:2)Cuando los trompeteros y los cantores al unísono se hacían oír a una voz alabando y glorificando al SEÑOR, cuando levantaban sus voces acompañados por trompetas y címbalos e instrumentos de música, cuando alababan al SEÑOR diciendo: "Ciertamente El es bueno porque Su misericordia es para siempre," entonces la casa, la casa del SEÑOR, se llenó de una nube,
(2 Crónicas 5:13)Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
(Isaías 6:4)El SEÑOR le dijo a Moisés: "Dile a tu hermano Aarón que no entre en cualquier tiempo en el lugar santo detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, no sea que muera; porque Yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.
(Levítico 16:2)El templo se llenó del humo de la gloria de Dios y de Su poder. Nadie podía entrar al templo hasta que se terminaran las siete plagas de los siete ángeles.
(Apocalipsis 15:8)así que los sacerdotes no pudieron quedarse a ministrar por causa de la nube, porque la gloria del SEÑOR llenaba la casa del SEÑOR.
(1 Reyes 8:11)