Nueva Biblia Latinoamericana
La congregación (La multitud) de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. (Hechos 4:32)
Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y había abundante gracia sobre todos ellos. (Hechos 4:33)
No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían, traían el precio de lo vendido, (Hechos 4:34)
y lo depositaban a los pies de los apóstoles, y se distribuía a cada uno según su necesidad.
Y José, un Levita natural de Chipre, a quien también los apóstoles llamaban Bernabé, que traducido significa Hijo de Consolación, (Hechos 4:36)
poseía un campo y lo vendió, trajo el dinero y lo depositó a los pies de los apóstoles. (Hechos 4:37)
Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una propiedad, (Hechos 5:1)

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Hechos 4:35 - Referencia Cruzada

teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros. (2 Corintios 8:20)
poseía un campo y lo vendió, trajo el dinero y lo depositó a los pies de los apóstoles. (Hechos 4:37)
y se quedó con parte del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo la otra parte, la puso a los pies de los apóstoles. (Hechos 5:2)
Pero Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!" (Hechos 3:6)
Por aquellos días, al multiplicarse el número de los discípulos, surgió una queja de parte de los Judíos Helenistas en contra de los Judíos nativos, porque sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos . (Hechos 6:1)
vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno. (Hechos 2:45)