Nueva Biblia Latinoamericana
Y cuando Jesús la vio llorando, y a los Judíos que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente en el espíritu, y se entristeció. (Juan 11:33)
¿Dónde lo pusieron?" preguntó Jesús. "Señor, ven y ve," Le dijeron. (Juan 11:34)
Jesús lloró. (Juan 11:35)
Por eso los Judíos decían: "Miren, cómo lo amaba."
Pero algunos de ellos dijeron: "¿No podía Este, que abrió los ojos del ciego, haber evitado también que Lázaro muriera?" (Juan 11:37)
Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella. (Juan 11:38)
Quiten la piedra," dijo Jesús. Marta, hermana del que había muerto, Le dijo: "Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días que murió." (Juan 11:39)

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Juan 11:36 - Referencia Cruzada

No digo esto como un mandamiento, sino para probar, por la solicitud de otros, también la sinceridad del amor de ustedes. (2 Corintios 8:8)
Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: "Señor, el que Tú amas está enfermo." (Juan 11:3)
Cuando acabaron de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿Me amas más que éstos?" "Sí, Señor, Tú sabes que Te quiero," Le contestó* Pedro. Jesús le dijo: "Apacienta Mis corderos." (Juan 21:15)
Miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios. Y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no Lo conoció a El. (1 Juan 3:1)
y anden en amor, así como también Cristo les amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma. (Efesios 5:2)
En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito (único) al mundo para que vivamos por medio de El. (1 Juan 4:9)
Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio El mismo por ella, (Efesios 5:25)
El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ése es el que Me ama; y el que Me ama será amado por Mi Padre; y Yo lo amaré y Me manifestaré a él." (Juan 14:21)
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con Su sangre, (Apocalipsis 1:5)