Cuando Jesús estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en Su nombre al ver las señales que hacía.
(Juan 2:23)Pero Jesús, en cambio, no se confiaba en ellos, porque los conocía a todos,
(Juan 2:24)y no tenía necesidad de que nadie Le diera testimonio del hombre, porque El conocía lo que había en el interior del hombre.
(Juan 2:25)Había un hombre de los Fariseos, llamado Nicodemo, prominente (principal) entre los Judíos.
Este vino a Jesús de noche y Le dijo: "Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales (los milagros) que Tú haces si Dios no está con él."
(Juan 3:2)Jesús le contestó: "En verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios."
(Juan 3:3)Nicodemo Le dijo: "¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?"
(Juan 3:4)Otras publicaciones relacionadas con "Juan 3:1":
Juan 3:1 - Referencia Cruzada
Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas?
(Juan 3:10)Y Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, vino también, trayendo una mezcla de mirra y áloe como de treinta y tres kilos.
(Juan 19:39)Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo,
(Lucas 23:13)