Después de arrestar a Jesús, se Lo llevaron y Lo condujeron a la casa del sumo sacerdote; y Pedro los seguía de lejos.
(Lucas 22:54)Después que encendieron una hoguera en medio del patio, y de sentarse juntos, Pedro se sentó entre ellos.
(Lucas 22:55)Una sirvienta, al verlo sentado junto a la lumbre, fijándose en él detenidamente, dijo: "También éste estaba con El."
(Lucas 22:56)Pero él lo negó, diciendo: "Mujer, yo no Lo conozco."
Un poco después, otro al verlo, dijo: "¡Tú también eres uno de ellos!" "¡Hombre, no es cierto!" le dijo Pedro.
(Lucas 22:58)Pasada como una hora, otro insistía, diciendo: "Ciertamente éste también estaba con El, pues él también es Galileo."
(Lucas 22:59)Pero Pedro dijo: "Hombre, yo no sé de qué hablas." Al instante, estando él todavía hablando, cantó un gallo.
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Lucas 22:57 - Referencia Cruzada
Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: "No sé de qué hablas."
(Mateo 26:70)Y Pedro Le dijo: "Señor, estoy dispuesto a ir adonde vayas, tanto a la cárcel como a la muerte."
(Lucas 22:33)Pero cualquiera que Me niegue delante de los hombres, Yo también lo negaré delante de Mi Padre que está en los cielos.
(Mateo 10:33)El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres (antepasados), ha glorificado a Su Siervo Jesús, al que ustedes entregaron y repudiaron en presencia de Pilato, cuando éste había resuelto poner a Jesús en libertad.
(Hechos 3:13)Por tanto, todo lo soporto por amor a los escogidos, para que también ellos obtengan la salvación que está en Cristo Jesús, y con ella gloria eterna.
(2 Timoteo 2:10)Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le preguntaron: "¿No eres tú también uno de Sus discípulos?" "No lo soy," dijo Pedro, negándolo.
(Juan 18:25)Y Pedro lo negó otra vez, y al instante cantó un gallo.
(Juan 18:27)pero el que Me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
(Lucas 12:9)Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad (iniquidad).
(1 Juan 1:9)Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que sus pecados sean borrados, a fin de que tiempos de alivio vengan de la presencia del Señor,
(Hechos 3:19)