Nueva Biblia Latinoamericana
Pero El les respondió: "Mi madre y Mis hermanos son éstos que oyen la palabra de Dios y la hacen." (Lucas 8:21)
Uno de aquellos días, Jesús entró en una barca con Sus discípulos, y les dijo: "Pasemos al otro lado del lago." Y se hicieron a la mar. (Lucas 8:22)
Pero mientras ellos navegaban, El se durmió; y una violenta tempestad descendió sobre el lago, y comenzaron a hundirse y corrían peligro. (Lucas 8:23)
Llegándose a Jesús, Lo despertaron, diciendo: "¡Maestro, Maestro, que perecemos!" Y El, levantándose, reprendió al viento y a las olas embravecidas, y cesaron y sobrevino la calma.
¿Dónde está la fe de ustedes?" les dijo. Pero ellos estaban atemorizados y asombrados, diciéndose unos a otros: "¿Quién, pues, es Este que aun a los vientos y al agua manda y Lo obedecen?" (Lucas 8:25)
Entonces navegaron hacia la tierra de los Gadarenos que está al lado opuesto de Galilea. (Lucas 8:26)
Cuando Jesús bajó a tierra, Le salió al encuentro un hombre de la ciudad poseído por demonios, y que por mucho tiempo no se había puesto ropa alguna, ni vivía en una casa sino en los sepulcros. (Lucas 8:27)

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Lucas 8:24 - Referencia Cruzada

¿Por qué cuando vine no había nadie, Y cuando llamé no había quien respondiera? ¿Acaso es tan corta Mi mano que no puede rescatar, O no tengo poder para librar? Con Mi reprensión seco el mar, Convierto los ríos en desierto. Sus peces huelen mal por falta de agua, Mueren de sed. (Isaías 50:2)
¿No Me temen?' declara el SEÑOR. '¿No tiemblan delante de Mí, Que puse la arena como frontera del mar, Límite perpetuo que no traspasará? Aunque se agiten las olas, no prevalecerán; Aunque bramen, no pasarán sobre ella. (Jeremías 5:22)
El reprende al mar y lo hace secar, Y todos los ríos agota. Languidecen Basán y el Carmelo, Y las flores del Líbano se marchitan. (Nahúm 1:4)
Inclinándose sobre ella, Jesús reprendió la fiebre y la fiebre la dejó; al instante ella se levantó y les servía. (Lucas 4:39)
Mira a la derecha, y ve, Porque no hay quien me tome en cuenta; No hay refugio para mí; No hay quien cuide de mi alma. (Salmos 142:4)
y también Jesús fue invitado a la boda, con Sus discípulos. (Juan 2:2)
Para el director del coro; según "Los Lirios." Salmo de David. Sálvame, oh Dios, Porque las aguas me han llegado hasta el alma. (Salmos 69:1)
Cubrieron las aguas mi cabeza, Dije: "¡Estoy perdido!" (Lamentaciones 3:54)
La cubriste con el abismo como con un vestido; Las aguas estaban sobre los montes. (Salmos 104:6)
El que calma el rugido de los mares, El estruendo de las olas, Y el tumulto de los pueblos. (Salmos 65:7)
De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos, (2 Corintios 1:9)
Pues El habló, y levantó un viento tempestuoso Que encrespó las olas del mar. (Salmos 107:25)
Los lazos de la muerte me rodearon, Y los terrores del Seol vinieron sobre mí; Angustia y tristeza encontré. (Salmos 116:3)
Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: "¡Señor, sálvame!" (Mateo 14:30)
Simón Le contestó: "Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero porque Tú lo pides (a Tu palabra), echaré las redes." (Lucas 5:5)