Nueva Biblia Latinoamericana
No ungiste Mi cabeza con aceite, pero ella ungió Mis pies con perfume. (Lucas 7:46)
Por lo cual te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados, porque amó mucho; pero a quien poco se le perdona, poco ama." (Lucas 7:47)
Entonces Jesús le dijo a la mujer: "Tus pecados han sido perdonados." (Lucas 7:48)
Los que estaban sentados a la mesa con El comenzaron a decir entre sí: "¿Quién es Este que hasta perdona pecados?"
Pero Jesús dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado, vete en paz." (Lucas 7:50)
Poco después, Jesús comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas (el evangelio) del reino de Dios. Con El iban los doce discípulos, (Lucas 8:1)
y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; (Lucas 8:2)

Otras publicaciones relacionadas con "Lucas 7:49":

Dr. Roberto Miranda
Nuestra fe cambia la agenda del Señor
En esta meditación se destaca la importancia de la fe en la vida de las personas y cómo la fe puede hacer que Dios preste atención a nuestras necesidades. La mujer con el flujo de sangre se acerca a Jesús con gran desesperación y fe, lo que hace que se impregne en la agenda del Señor.


Dr. Roberto Miranda
Tu fe te ha salvado
En este artículo se habla de la importancia de la fe en la vida cristiana, a través del relato bíblico de la mujer con el flujo de sangre que fue sanada por Jesús debido a su fe. El autor destaca la necesidad de renovar la mente y tener perseverancia en la fe, así como buscar lugares y personas con buena energía para recibir fuerza y positividad. Se resalta la misericordia y generosidad de Dios y su capacidad para solucionar nuestros problemas.


Lucas 7:49 - Referencia Cruzada

¿Por qué habla Este así? Está blasfemando; ¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?" (Marcus 2:7)
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo: "Hombre, tus pecados te son perdonados." (Lucas 5:20)
Y algunos de los escribas decían para sí: "Este blasfema." (Mateo 9:3)