Nueva Biblia Latinoamericana
que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas; (Marcus 5:3)
porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo. (Marcus 5:4)
Siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras. (Marcus 5:5)
Cuando vio a Jesús de lejos, corrió y se postró delante de El;
y gritando a gran voz, dijo: "¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes." (Marcus 5:7)
Porque Jesús le decía: "Sal del hombre, espíritu inmundo." (Marcus 5:8)
¿Cómo te llamas?" le preguntó Jesús. "Me llamo Legión," respondió, "porque somos muchos." (Marcus 5:9)

Otras publicaciones relacionadas con "Marcus 5:6":

Dr. Roberto Miranda
Jesús, mayor que Moisés y la Ley
En este artículo se explora la presentación de Jesús como el centro de la enseñanza en Juan 5, confrontando el sistema religioso y presentándolo como la fundación de la salvación y la vida eterna. Se destaca la importancia de tener una relación personal con Cristo y de enfocarse en enamorarse de él en lugar de la iglesia, así como de aceptarlo como salvador para pasar de muerte a vida.


Dr. Roberto Miranda
Por su fe Bartimeo es sacado del anonimato de la multitud
El pastor Roberto Miranda habla sobre la importancia de tener una fe militante como la de Bartimeo y ser una iglesia comprometida y radical en el Reino de Dios. Invita a los creyentes a buscar su propia comida espiritual en la Palabra de Dios y ser desesperados en la oración para recibir las bendiciones específicas de Dios.


Marcus 5:6 - Referencia Cruzada

Dobléguense ante él los moradores del desierto, Y sus enemigos laman el polvo. (Salmos 72:9)
Digan a Dios: "¡Cuán portentosas son Tus obras! Por la grandeza de Tu poder, Tus enemigos fingirán que Te obedecen. (Salmos 66:3)
Tú crees que Dios es uno (que hay un solo Dios). Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. (Santiago 2:19)
Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba: "Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes les proclaman el camino de salvación." (Hechos 16:17)
También de muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero, reprendiéndolos, no les permitía hablar, porque sabían que El era el Cristo (el Mesías). (Lucas 4:41)