Nueva Biblia Latinoamericana
Todo esto le sucedió al rey Nabucodonosor. (Daniel 4:28)
Doce meses después, paseándose por la azotea del palacio real de Babilonia, (Daniel 4:29)
el rey reflexionó, y dijo: "¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?" (Daniel 4:30)
Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino del cielo: "Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado,
y serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo. Te darán hierba para comer como al ganado, y siete años (tiempos) pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien Le place." (Daniel 4:32)
En aquel mismo instante se cumplió la palabra acerca de Nabucodonosor: fue echado de entre los hombres, comía hierba como el ganado y su cuerpo se empapó con el rocío del cielo hasta que sus cabellos crecieron como las plumas de las águilas y sus uñas como las de las aves. (Daniel 4:33)
Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre. Porque Su dominio es un dominio eterno, Y Su reino permanece de generación en generación. (Daniel 4:34)

Otras publicaciones relacionadas con "Daniel 4:31":

Samuel Acevedo
No tire la toalla!
Aprende a resistir en momentos difíciles tomando como ejemplo a Daniel en Babilonia y manteniendo la fe invencible en Dios.


Jonatán Toledo
La historia de Daniel
Este artículo habla sobre la historia de Daniel en la Biblia y cómo su integridad y convicciones firmes lo llevaron a sobresalir en situaciones difíciles. También se destaca la importancia de invertir en la educación de los jóvenes y la identidad y valores asociados con los nombres. Se comparten ejemplos de Madre Teresa y la importancia de las convicciones en todas las áreas de nuestra vida. Se anima a vivir con humildad y confiar en Dios para llevarnos de gloria en gloria.


Daniel 4:31 - Referencia Cruzada

Bebieron vino y alabaron a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra. (Daniel 5:4)
esta es la interpretación, oh rey, y éste es el decreto del Altísimo que ha venido sobre mi señor el rey: (Daniel 4:24)
Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre. Porque Su dominio es un dominio eterno, Y Su reino permanece de generación en generación. (Daniel 4:34)
Y se oyó una voz de los cielos que decía: "Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido." (Mateo 3:17)
El enemigo dijo: 'Perseguiré, alcanzaré, repartiré el despojo; Se cumplirá mi deseo contra ellos; Sacaré mi espada, los destruirá mi mano.' (Éxodo 15:9)
PERES: su reino ha sido dividido y entregado a los Medos y Persas." (Daniel 5:28)
Cuando llene su vientre, Dios enviará contra él el ardor de Su ira Y la hará llover sobre él mientras come. (Job 20:23)
Padre, glorifica Tu nombre." Entonces vino una voz del cielo: "Y Lo he glorificado, y de nuevo Lo glorificaré." (Juan 12:28)
Y la gente gritaba: "¡Voz de un dios y no de un hombre es ésta!" (Hechos 12:22)
Porque la rebelión es como el pecado de adivinación, Y la desobediencia, como la iniquidad e idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del SEÑOR, El también te ha desechado para que no seas rey." (1 Samuel 15:23)
Pero Dios le dijo: '¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?' (Lucas 12:20)
También oí al altar, que decía: "Sí, oh Señor Dios Todopoderoso, verdaderos y justos son Tus juicios." (Apocalipsis 16:7)
Pero ahora tu reino no perdurará. El SEÑOR ha buscado para sí un hombre conforme a Su corazón, y el SEÑOR lo ha designado como príncipe sobre Su pueblo porque tú no guardaste lo que el SEÑOR te ordenó." (1 Samuel 13:14)
que cuando estén diciendo: "Paz y seguridad," entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán. (1 Tesalonicenses 5:3)
Y mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció a su alrededor una luz del cielo. (Hechos 9:3)