Nueva Biblia Latinoamericana
Después de sacrificar sus hijos a sus ídolos, entraron en Mi santuario el mismo día para profanarlo. Eso fue lo que hicieron en medio de Mi casa. (Ezequiel 23:39)
Aún más, mandaron a buscar hombres que vinieran de lejos, a quienes se les envió un mensajero, y vinieron. Para ellos te bañaste, te pintaste los ojos y te ataviaste con adornos. (Ezequiel 23:40)
Luego te sentaste en un suntuoso diván ante el cual estaba preparada una mesa en la que habías puesto Mi incienso y Mi aceite. (Ezequiel 23:41)
El ruido de una multitud despreocupada se oía allí, multitud de hombres, bebedores traídos del desierto. Y pusieron brazaletes en las manos de las mujeres y hermosas coronas sobre sus cabezas.
Entonces dije acerca de aquélla que estaba consumida por sus adulterios: '¿Cometerán ahora fornicaciones con ella, estando ella así?' (Ezequiel 23:43)
Y se llegaron a ella como quien se llega a una ramera. Así se llegaron a Aholá y a Aholibá, mujeres depravadas. (Ezequiel 23:44)
Pero los hombres justos los juzgarán en el juicio de las adúlteras y en el juicio de las mujeres que derraman sangre, por ser ellas adúlteras y haber sangre en sus manos. (Ezequiel 23:45)

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Ezequiel 23:42 - Referencia Cruzada

¡Ay de los que viven reposadamente en Sion, Y de los que se sienten seguros en el monte de Samaria, Los notables de las naciones principales, A quienes acude la casa de Israel! (Amós 6:1)
Te engalané con adornos, puse brazaletes en tus manos y un collar a tu cuello. (Ezequiel 16:11)
Al día siguiente se levantaron temprano y ofrecieron holocaustos y trajeron ofrendas de paz. El pueblo se sentó a comer y a beber, y se levantó a regocijarse. (Éxodo 32:6)
Cuando Labán vio el anillo y los brazaletes en las manos de su hermana, y oyó las palabras de su hermana Rebeca, que le contó: "Esto es lo que el hombre me dijo," Labán fue al hombre, que estaba con los camellos junto a la fuente, (Génesis 24:30)
y los Sabeos atacaron y se los llevaron. También mataron a los criados a filo de espada. Sólo yo escapé para contárselo a usted." (Job 1:15)
Pero él respondió: "No es ruido de gritos de victoria, Ni es ruido de lamentos de derrota; Sino que oigo voces de canto." (Éxodo 32:18)
Entonces apareció otra señal en el cielo: Un gran dragón rojo que tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas había siete diademas (coronas). (Apocalipsis 12:3)
También venderé sus hijos y sus hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los Sabeos, a una nación lejana," porque el SEÑOR lo ha dicho. (Joel 3:8)
Cuando comían sus pastos, se saciaron, Y al estar saciados, se ensoberbeció su corazón; Por tanto, se olvidaron de Mí. (Oseas 13:6)