Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando entren en calor, les serviré su banquete Y los embriagaré, para que se diviertan, Duerman un sueño eterno Y no despierten," declara el SEÑOR. (Jeremías 51:39)
Los haré bajar como corderos al matadero, Como carneros y machos cabríos. (Jeremías 51:40)
¡Cómo ha sido tomada Sesac (Babilonia), Y arrebatada la gloria de toda la tierra! ¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones! (Jeremías 51:41)
El mar ha subido sobre Babilonia; Con la multitud de sus olas ha sido cubierta.
Sus ciudades se han convertido en desolación, En sequedal y lugar desolado; Una tierra en la cual nadie habita, Y por la cual ningún hijo de hombre pasa. (Jeremías 51:43)
Y castigaré a Bel en Babilonia, Sacaré de su boca lo que se ha tragado, Y no afluirán más a él las naciones. Aun la muralla de Babilonia caerá. (Jeremías 51:44)
Salgan de en medio de ella, pueblo Mío, Y salve cada uno su vida Del ardor de la ira del SEÑOR. (Jeremías 51:45)

Otras publicaciones relacionadas con "Jeremías 51:42":

Fabiana Manzewitsch
La obra extraña del Señor
En este artículo se habla sobre la obra extraña de Dios y cómo Él puede llevarnos a situaciones incómodas para obrar en nosotros. Se destacan dos pasajes bíblicos donde se enfatiza la importancia de la adoración y la sensibilidad a los vientos del Espíritu. El predicador anima a la congregación a buscar la presencia de Dios y estar atentos a Sus nuevas estrategias.


Andrés Cisterna
Rogad al Señor por la paz de esta ciudad
En este artículo, Andrés Cisterna nos habla de la importancia de procurar el bienestar de la ciudad en la que estamos y rogar por ella a Dios para que su paz descienda sobre nosotros. Debemos promover la justicia, la bondad y la misericordia en nuestra ciudad y levantarnos para servir a su creación en este mundo.


Jeremías 51:42 - Referencia Cruzada

También el ángel me dijo: "Las aguas que viste donde se sienta la ramera, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas. (Apocalipsis 17:15)
Un abismo llama a otro abismo a la voz de Tus cascadas; Todas Tus ondas y Tus olas han pasado sobre mí. (Salmos 42:7)
El que calma el rugido de los mares, El estruendo de las olas, Y el tumulto de los pueblos. (Salmos 65:7)
Los lazos de la muerte me cercaron, Y los torrentes de iniquidad me atemorizaron. (Salmos 18:4)
Porque el SEÑOR destruirá a Babilonia, Y hará desaparecer de ella su gran bullicio. Bramarán sus olas como muchas aguas; Resonará el estruendo de sus voces. (Jeremías 51:55)
Por tanto, el Señor va a traer sobre ellos las aguas impetuosas y abundantes del Eufrates, Es decir, al rey de Asiria con toda su gloria, Que se saldrá de todos sus cauces y pasará sobre todas sus riberas. (Isaías 8:7)
Extendió la mano desde lo alto y me tomó; Me sacó de las muchas aguas. (Salmos 18:16)
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas, (Lucas 21:25)
Los torrentes han alzado, oh SEÑOR, Los torrentes han alzado su voz; Los torrentes alzan sus batientes olas. (Salmos 93:3)
Después de las sesenta y dos semanas el Mesías será muerto y no tendrá nada, y el pueblo del príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario. Su fin vendrá con inundación. Aun hasta el fin habrá guerra; las desolaciones están determinadas. (Daniel 9:26)
A muchas aguas te condujeron Tus remeros; El viento del este te destrozó En el corazón de los mares. (Ezequiel 27:26)