Nueva Biblia Latinoamericana
Caiga sobre Babilonia la violencia hecha a mí y a mi carne," Dirá la moradora de Sion. "Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea," Dirá Jerusalén. (Jeremías 51:35)
Por tanto, así dice el SEÑOR: "Yo defenderé tu causa, Y ejecutaré tu venganza; Secaré su mar Y haré que se sequen sus manantiales. (Jeremías 51:36)
Y Babilonia se convertirá en escombros, en guarida de chacales, En objeto de horror y de burla, sin habitantes. (Jeremías 51:37)
A una rugirán como leones, Gruñirán como cachorros de león.
Cuando entren en calor, les serviré su banquete Y los embriagaré, para que se diviertan, Duerman un sueño eterno Y no despierten," declara el SEÑOR. (Jeremías 51:39)
Los haré bajar como corderos al matadero, Como carneros y machos cabríos. (Jeremías 51:40)
¡Cómo ha sido tomada Sesac (Babilonia), Y arrebatada la gloria de toda la tierra! ¡Cómo se ha convertido Babilonia en objeto de horror entre las naciones! (Jeremías 51:41)

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Jeremías 51:38 - Referencia Cruzada

El rugido del león, el bramido de la fiera Y los dientes de los leoncillos son quebrantados. (Job 4:10)
Voz de gemido de pastores, Porque su esplendor está arruinado; Voz del rugido de leoncillos, Porque derribada está la gloria del Jordán. (Zacarías 11:3)
Allí no habrá león, Ni subirá por él bestia feroz; Estos no se hallarán allí. Sin embargo por allí andarán los redimidos. (Isaías 35:9)
Contra él rugieron los leoncillos, Fuertemente rugieron, Y han hecho de su tierra una desolación; Sus ciudades están quemadas, sin habitantes. (Jeremías 2:15)
Ella entonces dijo: "¡Sansón, los Filisteos se te echan encima!" Y él despertó de su sueño, y dijo: "Saldré como las otras veces y escaparé." Pero no sabía que el SEÑOR se había apartado de él. (Jueces 16:20)
¿Dónde está la guarida de los leones Y el lugar donde comen los leoncillos, Donde andaban el león, la leona y su cachorro, Sin que nada los asustara? (Nahúm 2:11)
Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre, Pero los que buscan al SEÑOR no carecerán de bien alguno. (Salmos 34:10)
Oh Dios, rompe los dientes de su boca; Quiebra las muelas de los leoncillos, SEÑOR. (Salmos 58:6)