Nueva Biblia Latinoamericana
Es Egipto que sube como el Nilo, Cuyas aguas se agitan como ríos, Y ha dicho: "Subiré y cubriré esa tierra; Ciertamente destruiré la ciudad y sus habitantes." (Jeremías 46:8)
Suban, caballos, y corran furiosos, carros, Para que avancen los poderosos: Etiopía y Put, que manejan escudo, Y los de Lud, que manejan y entesan el arco. (Jeremías 46:9)
Pero aquel día es para el Señor, DIOS de los ejércitos, Día de venganza, para vengarse de Sus enemigos; La espada devorará y se saciará Y se empapará con su sangre; Pues habrá una matanza para el Señor, DIOS de los ejércitos, En la tierra del norte, junto al Río Eufrates. (Jeremías 46:10)
Sube a Galaad y consigue bálsamo, Virgen, hija de Egipto. En vano has multiplicado los remedios; No hay curación para ti.
Han oído las naciones de tu afrenta, Y tu clamor llena la tierra; Porque guerrero con guerrero ha tropezado, Y a una han caído ambos. (Jeremías 46:12)
Palabra que el SEÑOR habló al profeta Jeremías acerca de la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para herir la tierra de Egipto: (Jeremías 46:13)
Anuncien en Egipto y háganlo oír en Migdol, Háganlo oír también en Menfis y en Tafnes; Digan: 'Ponte en pie y prepárate, Porque la espada ha devorado a los que te rodean.' (Jeremías 46:14)

Otras publicaciones relacionadas con "Jeremías 46:11":

Omar Soto
En alas de un águila
En este artículo, Omar Soto habla sobre la importancia de tener fe en Dios y confiar en su poder, como se menciona en el capítulo 40 de Isaías. También se discute la necesidad de crecer en la fe y aprender a volar como las águilas. El autor ora por nuevas fuerzas y bendiciones para el pueblo de Dios en el año 2010.


Fabiana Manzewitsch
La obra extraña del Señor
En este artículo se habla sobre la obra extraña de Dios y cómo Él puede llevarnos a situaciones incómodas para obrar en nosotros. Se destacan dos pasajes bíblicos donde se enfatiza la importancia de la adoración y la sensibilidad a los vientos del Espíritu. El predicador anima a la congregación a buscar la presencia de Dios y estar atentos a Sus nuevas estrategias.


Jeremías 46:11 - Referencia Cruzada

Entonces su padre Israel les dijo: "Si así tiene que ser, hagan esto: tomen de los mejores productos de la tierra en sus vasijas, y lleven a aquel hombre como presente un poco de bálsamo y un poco de miel, resina aromática y mirra, nueces y almendras. (Génesis 43:11)
Porque así dice el SEÑOR: 'Incurable es tu quebranto, Y grave tu herida. (Jeremías 30:12)
Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, sin que nadie pudiera curarla, (Lucas 8:43)
Tú les dirás esta palabra: 'Que viertan lágrimas mis ojos noche y día, Sin cesar, Porque con gran quebranto ha sido quebrantada la virgen hija de mi pueblo, De una herida muy dolorosa. (Jeremías 14:17)
Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo; con trigo de Minit, tortas, miel, aceite y bálsamo pagaban tus productos. (Ezequiel 27:17)
No hay remedio para tu quebranto, Tu herida es incurable. Todos los que oigan noticias de ti Batirán palmas sobre ti, Porque ¿sobre quién no pasó Constantemente tu maldad? (Nahúm 3:19)
¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No médico hay allí? ¿Por qué, pues, no se ha restablecido la salud de la hija de mi pueblo? (Jeremías 8:22)
Porque es incurable su herida, Pues ha llegado hasta Judá; Se ha acercado hasta la puerta de mi pueblo, Hasta Jerusalén. (Miqueas 1:9)
Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos, vieron una caravana de Ismaelitas que venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, e iban bajando hacia Egipto. (Génesis 37:25)
Desciende y siéntate en el polvo, Virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, Hija de los Caldeos, Porque nunca más serás llamada tierna y delicada. (Isaías 47:1)
En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. (Mateo 5:26)
De repente cae Babilonia y se hace pedazos. Den gemidos por ella, Traigan bálsamo para su dolor; Quizá se cure. (Jeremías 51:8)
Hijo de hombre, he quebrado el brazo de Faraón, rey de Egipto, y no ha sido vendado para curarlo, ni ligado con vendas de modo que cobre fuerzas para empuñar la espada. (Ezequiel 30:21)