Nueva Biblia Latinoamericana
Sin embargo el rey Sedequías envió a Jucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, a decir al profeta Jeremías: "Ruega ahora por nosotros al SEÑOR nuestro Dios." (Jeremías 37:3)
Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo, porque todavía no lo habían puesto en la cárcel. (Jeremías 37:4)
Entretanto, el ejército de Faraón había salido de Egipto, y cuando los Caldeos que tenían sitiada a Jerusalén oyeron la noticia acerca de ellos, levantaron el sitio de Jerusalén. (Jeremías 37:5)
Entonces vino la palabra del SEÑOR al profeta Jeremías:
Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Así dirán al rey de Judá, que los envió a Mí para consultarme: "El ejército de Faraón que salió para ayudarles a ustedes, volverá a su tierra de Egipto. (Jeremías 37:7)
Y los Caldeos volverán y pelearán contra esta ciudad, la capturarán y le prenderán fuego."' (Jeremías 37:8)
Así dice el SEÑOR: 'No se engañen, diciendo: "Ciertamente los Caldeos se apartarán de nosotros," porque no se apartarán. (Jeremías 37:9)

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Jeremías 37:6 - Referencia Cruzada