Nueva Biblia Latinoamericana
Porque así dice el SEÑOR: 'Como he traído a este pueblo toda esta gran calamidad así he de traer sobre ellos todo el bien que les prometo. (Jeremías 32:42)
Y se comprarán campos en esta tierra de la cual ustedes dicen: "Es una desolación, sin hombres ni animales; entregada está en mano de los Caldeos." (Jeremías 32:43)
La gente comprará campos por dinero, firmarán y sellarán escrituras y llamarán a testigos, en la tierra de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de Judá, en las ciudades de la región montañosa, en las ciudades de la llanura y en las ciudades del Neguev (región del sur), porque restauraré su bienestar,'" declara el SEÑOR. (Jeremías 32:44)
Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías por segunda vez, mientras él estaba aún detenido en el patio de la guardia:
Así dice el SEÑOR que hizo la tierra, el SEÑOR que la formó para establecerla; el SEÑOR es Su nombre: (Jeremías 33:2)
Clama a Mí, y Yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces.' (Jeremías 33:3)
Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y acerca de las casas de los reyes de Judá, las cuales han sido derribadas para hacer defensas contra los terraplenes de asalto y contra la espada: (Jeremías 33:4)

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Jeremías 33:1 - Referencia Cruzada

por el cual sufro penalidades, hasta el encarcelamiento como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está presa. (2 Timoteo 2:9)
En aquel tiempo el ejército del rey de Babilonia tenía sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba encerrado en el patio de la guardia, que estaba en la casa del rey de Judá, (Jeremías 32:2)
Entonces el rey Sedequías ordenó que pusieran a Jeremías en el patio de la guardia y le dieran una torta de pan al día de la calle de los panaderos, hasta que se acabara todo el pan en la ciudad. Así que Jeremías permaneció en el patio de la guardia. (Jeremías 37:21)
Así Jeremías quedó en el patio de la guardia hasta el día en que Jerusalén fue tomada. (Jeremías 38:28)
Y Hanamel, hijo de mi tío, vino a verme al patio de la guardia conforme a la palabra del SEÑOR, y me dijo: 'Te ruego que compres el campo que tengo en Anatot, que está en la tierra de Benjamín, porque tú tienes el derecho de posesión y el rescate es tuyo; cómpralo para ti.' Entonces supe que ésta era la palabra del SEÑOR. (Jeremías 32:8)