Nueva Biblia Latinoamericana
la cual el profeta Jeremías habló a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciéndoles: (Jeremías 25:2)
Desde el año trece de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta hoy, en estos veintitrés años ha venido a mí la palabra del SEÑOR, y les he hablado repetidas veces, pero no han escuchado. (Jeremías 25:3)
Y el SEÑOR les envió repetidas veces a todos Sus siervos los profetas, pero ustedes no escucharon ni pusieron atención. (Jeremías 25:4)
Ellos les decían: 'Vuélvase ahora cada uno de su camino y de la maldad de sus obras, y habitarán en la tierra que el SEÑOR les dio a ustedes y a sus padres para siempre.
No vayan tras otros dioses para servirles y postrarse ante ellos, no Me provoquen a ira con la obra de sus manos, y no les haré ningún mal.' (Jeremías 25:6)
Pero no Me han escuchado," declara el SEÑOR, "de modo que Me provocaron a ira con la obra de sus manos para su propio mal. (Jeremías 25:7)
Por tanto, así dice el SEÑOR de los ejércitos: 'Por cuanto no han obedecido Mis palabras, (Jeremías 25:8)

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Jeremías 25:5 - Referencia Cruzada

También lo confirmó a Jacob por estatuto, A Israel como pacto eterno, (Salmos 105:10)
entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sienten sobre el trono de David; vendrán montados en carros y caballos, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre. (Jeremías 17:25)
entonces haré que moren en este lugar, en la tierra que di a sus padres para siempre. (Jeremías 7:7)
No sean como sus padres, a quienes los antiguos profetas proclamaron, diciendo: 'Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Vuélvanse ahora de sus malos caminos y de sus malas obras."'" Pero no Me escucharon ni Me hicieron caso,' declara el SEÑOR. (Zacarías 1:4)
Acérquense a Dios, y El se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores; y ustedes de doble ánimo (que dudan), purifiquen sus corazones. (Santiago 4:8)
El SEÑOR amonestaba a Israel y a Judá por medio de todos Sus profetas y de todo vidente, diciendo: "Vuélvanse de sus malos caminos y guarden Mis mandamientos, Mis estatutos conforme a toda la ley que ordené a sus padres y que les envié por medio de Mis siervos los profetas." (2 Reyes 17:13)
Ahora pues, habla a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén, y diles: 'Así dice el SEÑOR: "Estoy preparando una calamidad contra ustedes y tramando un plan contra ustedes. Vuélvanse, pues, cada uno de su mal camino y enmienden sus caminos y sus obras."' (Jeremías 18:11)
Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Canaán como posesión perpetua. Y Yo seré su Dios." (Génesis 17:8)
También les he enviado a todos Mis siervos los profetas, enviándolos repetidas veces, a decirles: 'Vuélvase ahora cada uno de su mal camino, enmienden sus obras y no vayan tras otros dioses para adorarlos, y habitarán en la tierra que les he dado, a ustedes y a sus padres; pero no me prestaron atención, ni Me escucharon. (Jeremías 35:15)
Les digo que no; al contrario, si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente. (Lucas 13:3)
Busquen al SEÑOR mientras puede ser hallado, Llámenlo en tanto que está cerca. (Isaías 55:6)
Cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. (Jonás 3:8)
Diles: 'Vivo Yo,' declara el Señor DIOS 'que no me complazco en la muerte del impío, sino en que el impío se aparte de su camino y viva. Vuélvanse, vuélvanse de sus malos caminos. ¿Por qué han de morir, oh casa de Israel?' (Ezequiel 33:11)
Apártate del mal y haz el bien, Y tendrás morada para siempre. (Salmos 37:27)
sino que anunciaba, primeramente a los que estaban en Damasco y también en Jerusalén, y después por toda la región de Judea, y aun a los Gentiles, que debían arrepentirse y volverse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. (Hechos 26:20)
Por tanto, los juzgaré, a cada uno conforme a su conducta, oh casa de Israel," declara el Señor DIOS. "Arrepiéntanse y apártense de todas sus transgresiones, para que la iniquidad no les sea piedra de tropiezo. (Ezequiel 18:30)