Entonces el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: "Tomen puñados de hollín de un horno, y que Moisés lo esparza hacia el cielo en presencia de Faraón.
(Éxodo 9:8)El hollín se convertirá en polvo fino sobre toda la tierra de Egipto, y producirá tumores que resultarán en úlceras en los hombres y en los animales, por toda la tierra de Egipto."
(Éxodo 9:9)Tomaron, pues, hollín de un horno, y se presentaron delante de Faraón, y Moisés lo arrojó hacia el cielo, y produjo tumores que resultaron en úlceras en los hombres y en los animales.
(Éxodo 9:10)Y los magos (sacerdotes adivinos) no podían estar delante de Moisés a causa de los tumores, pues los tumores estaban tanto en los magos como en todos los Egipcios.
Y el SEÑOR endureció el corazón de Faraón y no los escuchó, tal como el SEÑOR había dicho a Moisés.
(Éxodo 9:12)Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Levántate muy de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: 'Así dice el SEÑOR, el Dios de los Hebreos: "Deja ir a Mi pueblo para que Me sirva.
(Éxodo 9:13)Porque esta vez enviaré todas Mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como Yo en toda la tierra.
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Éxodo 9:11 - Referencia Cruzada
Permanece ahora en tus encantamientos Y en tus muchas hechicerías En las cuales te has ocupado desde tu juventud. Tal vez podrás sacar provecho, Tal vez causarás temor.
(Isaías 47:12)El primer ángel fue y derramó su copa en la tierra, y se produjo una llaga repugnante y maligna en los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.
(Apocalipsis 16:2)Entonces Faraón llamó también a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos (sacerdotes adivinos) de Egipto, hicieron lo mismo con sus encantamientos (ciencias ocultas).
(Éxodo 7:11)Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés, de la misma manera éstos también se oponen a la verdad. Son hombres de mente depravada, reprobados en lo que respecta a la fe.
(2 Timoteo 3:8)Los magos (sacerdotes adivinos) trataron de producir piojos con sus encantamientos (ciencias ocultas), pero no pudieron. Hubo, pues, piojos en hombres y animales.
(Éxodo 8:18)