Hijo mío, si tu corazón es sabio, Mi corazón también se me alegrará;
(Proverbios 23:15)Y se regocijarán mis entrañas Cuando tus labios hablen lo que es recto.
(Proverbios 23:16)No envidie tu corazón a los pecadores, Antes vive siempre en el temor del SEÑOR.
Porque ciertamente hay un futuro, Y tu esperanza no será cortada.
(Proverbios 23:18)Escucha, hijo mío, y sé sabio, Y dirige tu corazón por el buen camino.
(Proverbios 23:19)No estés con los bebedores de vino, Ni con los comilones de carne,
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Proverbios 23:17 - Referencia Cruzada
Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
(2 Corintios 7:1)Porque en los muchos sueños y en las muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme (reverencia) a Dios.
(Eclesiastés 5:7)Porque tuve envidia de los arrogantes Al ver la prosperidad de los impíos.
(Salmos 73:3)La conclusión, cuando todo se ha oído, es ésta: Teme a Dios y guarda Sus mandamientos, Porque esto concierne a toda persona.
(Eclesiastés 12:13)Entretanto la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.
(Hechos 9:31)Mejor es poco con temor del SEÑOR, Que gran tesoro con turbación.
(Proverbios 15:16)No envidies al hombre violento, Y no escojas ninguno de sus caminos.
(Proverbios 3:31)Y si invocan como Padre a Aquél que imparcialmente juzga según la obra de cada uno, condúzcanse con temor (reverencia) durante el tiempo de su peregrinación.
(1 Pedro 1:17)Cuán bienaventurado es el hombre que siempre teme, Pero el que endurece su corazón caerá en el infortunio.
(Proverbios 28:14)No tengas envidia de los malvados, Ni desees estar con ellos;
(Proverbios 24:1)Salmo de David. No te irrites a causa de los malhechores; No tengas envidia de los que practican la iniquidad.
(Salmos 37:1)El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR; Buen entendimiento tienen todos los que practican Sus mandamientos; Su alabanza permanece para siempre.
(Salmos 111:10)