La riqueza añade muchos amigos, Pero el pobre es separado de su amigo.
(Proverbios 19:4)
El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que cuenta mentiras no escapará.
(Proverbios 19:5)
Muchos buscan el favor del generoso, Y todo hombre es amigo del que da.
(Proverbios 19:6)
Todos los hermanos del pobre lo aborrecen, ¡Cuánto más sus amigos se alejarán de él! Los persigue con palabras, pero ellos se han ido.
El que adquiere cordura ama su alma; El que guarda la prudencia hallará el bien.
(Proverbios 19:8)
El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que cuenta mentiras perecerá.
(Proverbios 19:9)
Al necio no conviene la vida de lujo; Mucho menos a un siervo gobernar a los príncipes.
(Proverbios 19:10)
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Proverbios 19:7 - Referencia Cruzada
La riqueza añade muchos amigos, Pero el pobre es separado de su amigo.
(Proverbios 19:4)
El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará y no recibirá respuesta.
(Proverbios 21:13)
Pero en ella se hallaba un hombre pobre y sabio; y él con su sabiduría libró la ciudad; sin embargo, nadie se acordó de aquel hombre pobre.
(Eclesiastés 9:15)
Pero ustedes han despreciado al pobre. ¿No son los ricos los que los oprimen y personalmente los arrastran a los tribunales?
(Santiago 2:6)
Si un hermano o una hermana no tienen ropa y carecen del sustento diario,
(Santiago 2:15)
Aun por su vecino es odiado el pobre, Pero muchos son los que aman al rico.
(Proverbios 14:20)
El pobre habla suplicando, Pero el rico responde con dureza.
(Proverbios 18:23)
Has alejado de mí al compañero y al amigo; Mis conocidos están en tinieblas.
(Salmos 88:18)
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?
(1 Juan 3:17)
Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis parientes se mantienen a distancia.
(Salmos 38:11)
Has alejado de mí mis amistades, Me has hecho objeto de repugnancia para ellos; Encerrado estoy y no puedo salir.
(Salmos 88:8)
Entonces gritó: "¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!"
(Lucas 18:38)