La suerte se echa en el regazo, Pero del SEÑOR viene toda decisión.
(Proverbios 16:33)
Mejor es un bocado seco y con él tranquilidad, Que una casa llena de banquetes con discordia.
(Proverbios 17:1)
El siervo prudente prevalecerá sobre el hijo sin honra, Y con los hermanos participará de la herencia.
(Proverbios 17:2)
El crisol es para la plata y el horno para el oro, Pero el SEÑOR prueba los corazones.
El malhechor escucha a los labios perversos; El mentiroso presta atención a la lengua detractora.
(Proverbios 17:4)
El que se burla del pobre afrenta a su Hacedor; El que se regocija de la desgracia no quedará sin castigo.
(Proverbios 17:5)
Corona de los ancianos son los nietos, Y la gloria de los hijos son sus padres.
(Proverbios 17:6)
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Proverbios 17:3 - Referencia Cruzada
Y meteré la tercera parte en el fuego, Los refinaré como se refina la plata, Y los probaré como se prueba el oro. Invocarán Mi nombre, Y Yo les responderé; Diré: 'Ellos son Mi pueblo,' Y ellos dirán: 'El SEÑOR es mi Dios.'"
(Zacarías 13:9)
Examíname, oh SEÑOR, y pruébame; Escudriña mi mente y mi corazón.
(Salmos 26:2)
A sus hijos mataré con pestilencia, y todas las iglesias sabrán que Yo soy el que escudriña las mentes y los corazones, y les daré a cada uno según sus obras.
(Apocalipsis 2:23)
Pues te he purificado, pero no como a plata; Te he probado en el crisol de la aflicción.
(Isaías 48:10)
El crisol es para la plata y el horno para el oro, Y al hombre se le prueba por la alabanza que recibe.
(Proverbios 27:21)
¿Pero quién podrá soportar el día de Su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuego de fundidor y como jabón de lavanderos.
(Malaquías 3:2)
para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo;
(1 Pedro 1:7)
Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón, Pruebo los pensamientos, Para dar a cada uno según sus caminos, Según el fruto de sus obras.
(Jeremías 17:10)
Sabiendo yo, Dios mío, que Tú pruebas el corazón y Te deleitas en la rectitud, yo he ofrecido voluntariamente todas estas cosas en la integridad de mi corazón; y ahora he visto con alegría a Tu pueblo, que está aquí, hacer sus ofrendas a Ti voluntariamente.
(1 Crónicas 29:17)
Porque Tú nos has probado, oh Dios; Nos has refinado como se refina la plata.
(Salmos 66:10)