Nueva Biblia Latinoamericana
Sana a los quebrantados de corazón Y venda sus heridas. (Salmos 147:3)
Cuenta el número de las estrellas, Y a todas ellas les pone nombre. (Salmos 147:4)
Grande es nuestro Señor, y muy poderoso; Su entendimiento es infinito. (Salmos 147:5)
El SEÑOR sostiene al afligido Pero humilla a los impíos hasta la tierra.
Canten al SEÑOR con acción de gracias; Canten alabanzas con la lira a nuestro Dios, (Salmos 147:7)
El que cubre de nubes los cielos, El que provee lluvia para la tierra, El que hace brotar la hierba en los montes. (Salmos 147:8)
El da su alimento al ganado Y a la cría de los cuervos cuando chillan. (Salmos 147:9)

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Reflexión sobre la confianza en Dios en momentos difíciles a través del pasaje de Isaías 40:25-31. author: Isaías Rivera, title: ¿De dónde viene mi socorro?, summary: El pasaje de Isaías 40:25-31 habla sobre la duda y la pregunta de dónde está Dios cuando las cosas no van bien en nuestras vidas. Isaías les recuerda al pueblo judío que Dios es el Dios eterno y que su poder es insondable. Debemos confiar en el Señor y esperar en Él, ya que si creemos en Él, Él renovará nuestras fuerzas y nos permitirá volar como las águilas. No estamos solos, el Dios eterno está con nosotros.


Salmos 147:6 - Referencia Cruzada

Pero los humildes poseerán la tierra Y se deleitarán en abundante prosperidad. (Salmos 37:11)
Porque el SEÑOR se deleita en Su pueblo; Adornará de salvación a los afligidos. (Salmos 149:4)
Busquen al SEÑOR, Todos ustedes, humildes de la tierra Que han cumplido Sus preceptos; Busquen la justicia, busquen la humildad. Quizá serán protegidos El día de la ira del SEÑOR. (Sofonías 2:3)
Levanta del polvo al pobre, Del muladar levanta al necesitado Para hacerlos sentar con los príncipes, Y heredar un sitio de honor; Pues las columnas de la tierra son del SEÑOR, Y sobre ellas ha colocado el mundo. (1 Samuel 2:8)
El SEÑOR sostiene a todos los que caen, Y levanta a todos los oprimidos. (Salmos 145:14)
Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra. (Mateo 5:5)
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El los exalte a su debido tiempo, (1 Pedro 5:6)
Humíllense en la presencia del Señor y El los exaltará. (Santiago 4:10)
sino que sea lo que procede de lo íntimo del corazón, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso delante de Dios. (1 Pedro 3:4)
Ciertamente Tú los pones en lugares resbaladizos; Los arrojas a la destrucción. (Salmos 73:18)
Pero Tú, oh Dios, harás caer a los malvados en el pozo de la destrucción; Los hombres sanguinarios y engañadores no vivirán la mitad de sus días; Pero yo en Ti confiaré. (Salmos 55:23)
El SEÑOR abre los ojos a los ciegos, El SEÑOR levanta a los caídos, El SEÑOR ama a los justos. (Salmos 146:8)
Porque Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio. (2 Pedro 2:4)
Dirige a los humildes en la justicia, Y enseña a los humildes su camino. (Salmos 25:9)