Nueva Biblia Latinoamericana
El que se acordó de nosotros en nuestra humillación, Porque para siempre es Su misericordia, (Salmos 136:23)
Y nos rescató de nuestros adversarios, Porque para siempre es Su misericordia. (Salmos 136:24)
El que da sustento a toda carne (a todo ser humano), Porque para siempre es Su misericordia. (Salmos 136:25)
Den gracias al Dios del cielo, Porque para siempre es Su misericordia.
Junto a los ríos de Babilonia, Nos sentábamos y llorábamos Al acordarnos de Sion. (Salmos 137:1)
Sobre los sauces en medio de ella Colgamos nuestras arpas. (Salmos 137:2)
Pues allí los que nos habían llevado cautivos nos pedían canciones, Y los que nos atormentaban nos pedían alegría, diciendo: "Cántennos alguno de los cánticos de Sion." (Salmos 137:3)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 136:26":

Charles Spurgeon
Los consuelos del Señor
Artículo sobre la promesa de Dios de tener misericordia para con los afligidos y la importancia de adorarle con corazones creyentes.


Isaías Rivera
¿De dónde viene mi socorro?
Reflexión sobre la confianza en Dios en momentos difíciles a través del pasaje de Isaías 40:25-31. author: Isaías Rivera, title: ¿De dónde viene mi socorro?, summary: El pasaje de Isaías 40:25-31 habla sobre la duda y la pregunta de dónde está Dios cuando las cosas no van bien en nuestras vidas. Isaías les recuerda al pueblo judío que Dios es el Dios eterno y que su poder es insondable. Debemos confiar en el Señor y esperar en Él, ya que si creemos en Él, Él renovará nuestras fuerzas y nos permitirá volar como las águilas. No estamos solos, el Dios eterno está con nosotros.


Omar Soto
Agradecer la misericordia de Dios en el desierto
En este artículo, el autor habla sobre la importancia de buscar la misericordia de Dios y alabarlo en momentos difíciles, tomando como ejemplo el Salmo 63 escrito por David en el desierto de Judá.


Salmos 136:26 - Referencia Cruzada

Nuestro Dios está en los cielos; El hace lo que Le place. (Salmos 115:3)
Cántico de ascenso gradual. A Ti levanto mis ojos, ¡Oh Tú que reinas en los cielos! (Salmos 123:1)
Den gracias al SEÑOR porque El es bueno, Porque para siempre es Su misericordia. (Salmos 136:1)
El les respondió: "Soy Hebreo, y temo al SEÑOR Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra." (Jonás 1:9)
En aquella misma hora hubo un gran terremoto y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y siete mil personas murieron en el terremoto, y los demás, aterrorizados, dieron gloria al Dios del cielo. (Apocalipsis 11:13)
Cuando oí estas palabras, me senté y lloré; hice duelo algunos días, y estuve ayunando y orando delante del Dios del cielo. (Nehemías 1:4)