Nueva Biblia Latinoamericana
Dios miró a los Israelitas y los tuvo en cuenta. (Éxodo 2:25)
Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto y llegó a Horeb, el monte de Dios. (Éxodo 3:1)
Y el ángel del SEÑOR se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Al fijarse Moisés, vio que la zarza ardía en fuego, pero la zarza no se consumía. (Éxodo 3:2)
Entonces Moisés dijo: "Me acercaré ahora para ver esta maravilla (gran visión), por qué la zarza no se quema."
Cuando el SEÑOR vio que Moisés se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: "¡Moisés, Moisés!" Y él respondió: "Aquí estoy." (Éxodo 3:4)
Entonces Dios le dijo: "No te acerques aquí. Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa." (Éxodo 3:5)
Y añadió: "Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob." Entonces Moisés se cubrió el rostro, porque tenía temor de mirar a Dios. (Éxodo 3:6)

Otras publicaciones relacionadas con "Éxodo 3:3":

Juan Carlos Alzamora
Dios les dió un espacio, ahora dénle espacio a Dios
En este artículo, Juan Carlos Alzamora habla sobre la importancia de buscar la presencia y gloria de Dios en nuestras vidas y en las iglesias para experimentar un avivamiento y transformación. Se destaca la historia de avivamiento en Nueva Inglaterra y la importancia de comprometerse a la santidad y buscar a Dios por encima de todo.


Mercedes López-Miranda
Hazlo como Moisés y entrega tu vara a Dios
Artículo sobre el llamado de Dios y el servicio a través del ejemplo de Moisés


Éxodo 3:3 - Referencia Cruzada

Den gracias al SEÑOR por Su misericordia Y por Sus maravillas para con los hijos de los hombres. (Salmos 107:8)
Grandes son las obras del SEÑOR, Buscadas por todos los que se deleitan en ellas. (Salmos 111:2)
Escucha esto, Job, Detente y considera las maravillas de Dios. (Job 37:14)
Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino a él la voz del Señor: (Hechos 7:31)