Nueva Biblia Latinoamericana
¿Quién conoce el poder de Tu ira, Y Tu furor conforme al temor (a la reverencia) que se debe a Ti? (Salmos 90:11)
Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. (Salmos 90:12)
Vuelve, SEÑOR; ¿hasta cuándo? Y compadécete de Tus siervos. (Salmos 90:13)
Sácianos por la mañana con Tu misericordia, Y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días.
Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y a los años en que vimos adversidad. (Salmos 90:15)
Sea manifestada Tu obra a Tus siervos, Y Tu majestad a sus hijos, (Salmos 90:16)
Y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros. Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos; Sí, la obra de nuestras manos confirma. (Salmos 90:17)

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Salmos 90:14 - Referencia Cruzada

Alegra el alma de Tu siervo, Porque a Ti, oh Señor, elevo mi alma. (Salmos 86:4)
Porque Tu misericordia es mejor que la vida, Mis labios Te alabarán. (Salmos 63:3)
Así dice el SEÑOR: "Se oye una voz en Ramá, Lamento y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos; Rehúsa ser consolada, por sus hijos Que ya no existen." (Jeremías 31:15)
¡Cuán preciosa es, oh Dios, Tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de Tus alas. (Salmos 36:7)
Alégrese Israel en su Creador; Regocíjense los hijos de Sion en su Rey. (Salmos 149:2)
¿No volverás a darnos vida Para que Tu pueblo se regocije en Ti? (Salmos 85:6)
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa del SEÑOR moraré por largos días. (Salmos 23:6)
Pues ¡cuánta es su gracia y cuánta su hermosura! El trigo hará florecer a los jóvenes y el vino nuevo a las vírgenes. (Zacarías 9:17)
Cuán bienaventurado es aquel que Tú escoges, y acercas a Ti , Para que more en Tus atrios. Seremos saciados con el bien de Tu casa, Tu santo templo. (Salmos 65:4)
El es el que perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus enfermedades; (Salmos 103:3)
Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense! (Filipenses 4:4)
Me gozaré y me alegraré en Tu misericordia, Porque Tú has visto mi aflicción; Has conocido las angustias de mi alma, (Salmos 31:7)