Nueva Biblia Latinoamericana
Entraré en Tu casa con holocaustos; A Ti cumpliré mis votos, (Salmos 66:13)
Los que pronunciaron mis labios Y habló mi boca cuando yo estaba en angustia. (Salmos 66:14)
Te ofreceré holocaustos de animales engordados, Con el humo de la ofrenda de carneros; Haré una ofrenda de toros y machos cabríos. (Selah) (Salmos 66:15)
Vengan y oigan, todos los que temen (reverencian) a Dios, Y contaré lo que El ha hecho por mi alma.
Con mi boca clamé a El, Y ensalzado fue con mi lengua. (Salmos 66:17)
Si observo iniquidad en mi corazón, El Señor no me escuchará. (Salmos 66:18)
Pero ciertamente Dios me ha oído; El atendió a la voz de mi oración. (Salmos 66:19)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 66:16":

Samuel Acevedo
El fruto de labios
En esta predicación, el hermano Samuel Acevedo habla sobre la importancia de la adoración y la alabanza en la Iglesia de Jesucristo.


Dr. Roberto Miranda
No voy a ofrecer un sacrificio que no me cueste nada
En este artículo, el pastor Roberto Miranda habla sobre la importancia del sacrificio y la inversión en el plano material para que se dé un proceso espiritual grandioso en la Congregación León de Judá en Boston. También se habla del valor mágico y misterioso del lugar donde se ofreció el sacrificio en 2 Samuel 24:18-25 y cómo Dios quiere usar este lugar para Su Gloria.


Salmos 66:16 - Referencia Cruzada

Entonces los que temían (reverenciaban) al SEÑOR se hablaron unos a otros, y el SEÑOR prestó atención y escuchó, y fue escrito delante de El un libro memorial para los que temen (reverencian) al SEÑOR y para los que estiman Su nombre. (Malaquías 3:16)
Vengan, hijos, escúchenme; Les enseñaré el temor del SEÑOR. (Salmos 34:11)
Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones, Me volverás a dar vida, Y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra. (Salmos 71:20)
Te manifesté mi pecado, Y no encubrí mi iniquidad. Dije: "Confesaré mis transgresiones al SEÑOR;" Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah) (Salmos 32:5)
Lo que hemos visto y oído les proclamamos también a ustedes, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. En verdad nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo. (1 Juan 1:3)
En el SEÑOR se gloriará mi alma; Lo oirán los humildes y se regocijarán. (Salmos 34:2)
Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios, Hasta que anuncie Tu poder a esta generación, Tu poderío a todos los que han de venir. (Salmos 71:18)
Los que temen al SEÑOR, alábenlo; Descendencia toda de Jacob, glorifíquenlo, Témanlo, descendencia toda de Israel. (Salmos 22:23)
Vengan y vean las obras de Dios, Admirable en Sus hechos a favor de los hijos de los hombres. (Salmos 66:5)
Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero. (1 Timoteo 1:15)
Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí. (1 Corintios 15:8)
También mi lengua hablará de Tu justicia todo el día, Porque han sido avergonzados, porque han sido humillados, los que procuran mi mal. (Salmos 71:24)
Todo el día contará mi boca De Tu justicia y de Tu salvación, Porque son innumerables. (Salmos 71:15)