Nueva Biblia Latinoamericana
Déjenme hablar para que encuentre alivio, Déjenme abrir los labios y responder. (Job 32:20)
Que no haga yo acepción de persona, Ni use lisonja con nadie. (Job 32:21)
Porque no sé lisonjear, De otra manera mi Hacedor me llevaría pronto. (Job 32:22)
Por tanto, Job, oye ahora mi discurso, Y presta atención a todas mis palabras.
Ahora abro mi boca, En mi paladar habla mi lengua. (Job 33:2)
Mis palabras proceden de la rectitud de mi corazón, Y con sinceridad mis labios hablan lo que saben. (Job 33:3)
El Espíritu de Dios me ha hecho, Y el aliento del Todopoderoso (Shaddai) me da vida. (Job 33:4)

Otras publicaciones relacionadas con "Job 33:1":

Mercedes López-Miranda
Una persona exitosa gobierna su lengua
En este artículo se habla sobre la importancia de gobernar la lengua y usar palabras de vida. Se destaca la relación entre nuestras palabras y la condición de nuestro corazón, así como la necesidad de ser cuidadosos con nuestras palabras y ser intencionales en dar palabras de vida. Se enfatiza que nuestras palabras tienen poder y pueden afectar a los demás de maneras positivas o negativas, y se anima a usar este don de la palabra para bendición de todos los que están alrededor de nosotros.


Omar Soto
Examíname, oh Dios, y pruébame
El predicador habla sobre la importancia de examinar nuestro corazón y dejar que Dios lo pruebe y lo conozca, así como retener lo bueno y desechar lo malo. También destaca la oportunidad que cada tentación ofrece para hacer el bien y concluye con una oración por la guía divina.


Job 33:1 - Referencia Cruzada

Oigan, les ruego, mi razonamiento, Y presten atención a los argumentos de mis labios. (Job 13:6)
Oigan, sabios, mis palabras, Y ustedes los que saben, préstenme atención. (Job 34:2)
Para el director del coro. Salmo de los hijos de Coré. Oigan esto, pueblos todos; Escuchen, habitantes todos del mundo, (Salmos 49:1)
Y añadió: "El que tiene oídos para oír, que oiga." (Marcus 4:9)