El me ha arrojado al lodo, Y soy como el polvo y la ceniza.
(Job 30:19)Clamo a Ti, y no me respondes; Me pongo en pie, y no me prestas atención.
(Job 30:20)Te has vuelto cruel conmigo, Con el poder de Tu mano me persigues.
(Job 30:21)Me alzas al viento, me haces cabalgar en él, Y me deshaces en la tempestad.
Pues sé que a la muerte me llevarás, A la casa de reunión de todos los vivientes.
(Job 30:23)Sin embargo ¿no extiende la mano el que está en un montón de ruinas, Cuando clama en su calamidad?
(Job 30:24)¿No he llorado por aquél cuya vida es difícil? ¿No se angustió mi alma por el necesitado?
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Job 30:22 - Referencia Cruzada
Una tercera parte del pelo lo quemarás a fuego en medio de la ciudad cuando terminen los días del sitio. Tomarás otra tercera parte y golpearás con la espada alrededor de la ciudad; y la otra tercera parte la esparcirás al viento. Entonces Yo desenvainaré la espada detrás de ellos.
(Ezequiel 5:2)Cabalgó sobre un querubín, y voló; Y rápido voló sobre las alas del viento.
(Salmos 18:10)El viento los envuelve en sus alas, Y se avergonzarán de sus sacrificios.
(Oseas 4:19)Las naciones rugen como el rugido de muchas aguas, Pero El las reprenderá y huirán lejos. Serán perseguidas como la paja de los montes delante del viento, Y como polvo de torbellino delante del vendaval.
(Isaías 17:13)Se lo lleva el viento del este, y desaparece, Pues como torbellino lo arranca de su lugar.
(Job 27:21)Porque El me quebranta con tempestad, Y sin causa multiplica mis heridas.
(Job 9:17)El es el que pone las vigas de Sus altos aposentos en las aguas; El que hace de las nubes Su carroza; El que anda sobre las alas del viento;
(Salmos 104:3)¿Son como paja delante del viento, Y como tamo que arrebata el torbellino?
(Job 21:18)Por tanto, serán como niebla de la mañana, Y como rocío que pronto desaparece, Como paja aventada de la era, Y como humo de chimenea.
(Oseas 13:3)No así los impíos, Que son como paja que se lleva el viento.
(Salmos 1:4)En aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: "Un viento abrasador de las alturas desoladas del desierto, en dirección a la hija de Mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar,
(Jeremías 4:11)