Nueva Biblia Latinoamericana
Pero ahora se burlan de mí Los que son más jóvenes que yo, A cuyos padres no consideraba yo dignos De poner con los perros de mi ganado. (Job 30:1)
En verdad, la fuerza de sus manos ¿de qué me servía? Había desaparecido de ellos el vigor. (Job 30:2)
De miseria y hambre estaban extenuados; Roían la tierra seca de noche en desierto y desolación; (Job 30:3)
Arrancaban malvas junto a los matorrales, Y raíz de retama era su alimento.
De la comunidad fueron expulsados, Gritaban contra ellos como contra un ladrón. (Job 30:5)
Moraban en valles de terror, En las cuevas de la tierra y de las peñas. (Job 30:6)
Entre los matorrales clamaban; Bajo las ortigas se reunían. (Job 30:7)

Otras publicaciones relacionadas con "Job 30:4":

Alberto González Muñoz
Fruto tardío
Artículo sobre el regreso a la fe de dos ateos en su vejez y la importancia de no esperar para iniciar el camino de regreso a Dios.


Dr. Roberto Miranda
Buena semilla, pero mala tierra
El Capítulo 13 de Números relata la historia de los hebreos que se preparan para entrar en la Tierra Prometida, pero la primera generación de hebreos no pudo entrar debido a su incredulidad y falta de fe. Solo Caleb y Josué, quienes le creyeron a Dios, alcanzaron la bendición. Este artículo nos exhorta a convertirnos en tierra fértil para recibir las semillas de bendición que Dios quiere plantar en nosotros.


Job 30:4 - Referencia Cruzada

Y deseaba llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. (Lucas 15:16)
Entonces Amós le respondió a Amasías: "Yo no soy profeta, ni hijo de profeta, sino que soy boyero y cultivador de higueras. (Amós 7:14)
Cuando Eliseo regresó a Gilgal, había hambre en la tierra. Estando sentados los hijos de los profetas delante de él, dijo a su criado: "Pon la olla grande y prepara un potaje para los hijos de los profetas." (2 Reyes 4:38)