Nueva Biblia Latinoamericana
Perezca el día en que yo nací, Y la noche que dijo: 'Un varón ha sido concebido.' (Job 3:3)
Sea ese día tinieblas, No lo tome en cuenta Dios desde lo alto, Ni resplandezca sobre él la luz. (Job 3:4)
Apodérense de él tinieblas y densa oscuridad, Pósese sobre él una nube, Llénelo de terror la negrura del día. (Job 3:5)
Y en cuanto a aquella noche, apodérense de ella las tinieblas; Que no se alegre entre los días del año, Ni se cuente en el número de los meses.
Que sea estéril aquella noche, No entren en ella gritos de júbilo. (Job 3:7)
Maldíganla los que maldicen el día, Los que están listos para despertar a Leviatán (al monstruo marino). (Job 3:8)
Oscurézcanse las estrellas de su alba; Que espere la luz pero no la tenga, Que tampoco vea el rayar de la aurora; (Job 3:9)

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Las noches de nuestra vida
Escuchamos a Dios mejor en la noche y en momentos de incertidumbre. Debemos estar en comunión con él siempre, incluso en momentos de luz y claridad. Las noches de nuestra vida pueden ser aterradoras, pero si nos cubrimos con su armadura estaremos preparados para enfrentar cualquier situación. La estrella que brilló en la primera Navidad sigue guiándonos al regalo supremo de Dios.


Job 3:6 - Referencia Cruzada