Un día, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse delante del SEÑOR, Satanás (el adversario) vino también entre ellos.
(Job 1:6)Y el SEÑOR preguntó a Satanás: "¿De dónde vienes?" Entonces Satanás respondió al SEÑOR: "De recorrer la tierra y de andar por ella."
(Job 1:7)Y el SEÑOR dijo a Satanás: "¿Te has fijado en Mi siervo Job? Porque no hay ninguno como él sobre la tierra; es un hombre intachable (íntegro) y recto, temeroso de Dios y apartado del mal."
(Job 1:8)Satanás respondió al SEÑOR: "¿Acaso teme Job a Dios de balde?
¿No has hecho Tú una valla alrededor de él, de su casa y de todo lo que tiene, por todos lados? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus posesiones han aumentado en la tierra.
(Job 1:10)Pero extiende ahora Tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no Te maldice en Tu misma cara."
(Job 1:11)Entonces el SEÑOR dijo a Satanás: "Todo lo que él tiene está en tu poder; pero no extiendas tu mano sobre él." Y Satanás salió de la presencia del SEÑOR.
(Job 1:12)Otras publicaciones relacionadas con "Job 1:9":
Job 1:9 - Referencia Cruzada
y dijo: "Desnudo salí del vientre de mi madre Y desnudo volveré allá. El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; Bendito sea el nombre del SEÑOR."
(Job 1:21)Y dicen a Dios: '¡Apártate de nosotros! No deseamos el conocimiento de Tus caminos.
(Job 21:14)Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura.
(1 Timoteo 4:8)Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
(1 Timoteo 6:6)Pero él le dijo: "Hablas como habla cualquier mujer necia. ¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?" En todo esto Job no pecó con sus labios.
(Job 2:10)Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?
(Mateo 16:26)¡Oh, si hubiera entre ustedes quien cerrara las puertas para que no encendieran Mi altar en vano! No me complazco en ustedes," dice el SEÑOR de los ejércitos "ni de su mano aceptaré ofrenda.
(Malaquías 1:10)