El rey extendió hacia Ester el cetro de oro, y Ester se levantó y se puso delante del rey,
(Ester 8:4)y dijo: "Si le place al rey, y si he hallado gracia delante de él, si el asunto le parece bien al rey y yo soy grata ante sus ojos, que se escriba para revocar las cartas concebidas por Amán, hijo de Hamedata, el Agagueo, las cuales escribió para destruir a los Judíos que están en todas las provincias del rey.
(Ester 8:5)Porque ¿cómo podría yo ver la calamidad que caería sobre mi pueblo? ¿Cómo podría yo ver la destrucción de mi gente?"
(Ester 8:6)Entonces el rey Asuero dijo a la reina Ester y al Judío Mardoqueo: "Miren, he dado a Ester la casa de Amán, y a él lo han colgado en la horca porque extendió su mano contra los Judíos.
Ustedes, pues, escriban acerca de los Judíos como les parezca bien, en nombre del rey, y séllenlo con el anillo del rey. Porque un decreto que está escrito en nombre del rey y sellado con el anillo del rey no puede ser revocado."
(Ester 8:8)Así que fueron llamados los escribas del rey en aquel momento en el mes tercero (es decir, el mes de Siván), en el día veintitrés; y conforme a todo lo que ordenó Mardoqueo se escribió a los Judíos, a los sátrapas, a los gobernadores y a los príncipes de las provincias que se extendían desde la India hasta Etiopía, 127 provincias, a cada provincia conforme a su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, y a los Judíos conforme a su escritura y a su lengua.
(Ester 8:9)Mardoqueo escribió en nombre del rey Asuero y sellaron las cartas con el anillo del rey, y se enviaron por medio de correos a caballo, que montaban en corceles engendrados por caballos reales.
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Ester 8:7 - Referencia Cruzada
El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos, Pero la riqueza del pecador está reservada para el justo.
(Proverbios 13:22)Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: "MALDITO TODO EL QUE CUELGA DE UN MADERO,"
(Gálatas 3:13)Colgaron, pues, a Amán en la horca que había preparado para Mardoqueo, y se aplacó el furor del rey.
(Ester 7:10)