Nueva Biblia Latinoamericana
Y los sacerdotes, los Levitas, los porteros, los cantores, algunos del pueblo, los sirvientes del templo y el resto de Israel habitaron en sus ciudades. Cuando llegó el mes séptimo, los Israelitas ya estaban en sus ciudades. (Nehemías 7:73)
Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que estaba delante de la Puerta de las Aguas, y pidieron al escriba Esdras que trajera el Libro de la Ley de Moisés que el SEÑOR había dado a Israel. (Nehemías 8:1)
Entonces el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían entender lo que oían. Era el primer día del mes séptimo. (Nehemías 8:2)
Y leyó en el libro frente a la plaza que estaba delante de la Puerta de las Aguas, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al Libro de la Ley.
El escriba Esdras estaba sobre un estrado de madera que habían hecho para esta ocasión. Junto a él, a su derecha, estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías; y a su izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. (Nehemías 8:4)
Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo, pues él estaba en un lugar más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso en pie. (Nehemías 8:5)
Entonces Esdras bendijo al SEÑOR, el gran Dios. Y todo el pueblo respondió: "¡Amén, Amén!," mientras alzaban las manos. Después se postraron y adoraron al SEÑOR rostro en tierra. (Nehemías 8:6)

Otras publicaciones relacionadas con "Nehemías 8:3":

Omar Soto
Meditar en la palabra de Dios
Importancia de meditar en la Palabra de Dios y cómo puede transformar nuestras vidas


Faustino de Jesús Zamora Vargas
Levitas del Cristo vivo
Artículo sobre los levitas elegidos por Dios y cómo la iglesia de Cristo hoy en día es como ellos, con una misión global y una función educativa


Nehemías 8:3 - Referencia Cruzada

Jesús llegó a Nazaret, donde había sido criado, y según Su costumbre, entró en la sinagoga el día de reposo, y se levantó a leer. (Lucas 4:16)
Y habiéndole fijado un día, vinieron en gran número adonde él se alojaba. Desde la mañana hasta la tarde les explicaba testificando fielmente sobre el reino de Dios, procurando persuadirlos acerca de Jesús, tanto por la Ley de Moisés como por los Profetas. (Hechos 28:23)
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."'" (Apocalipsis 2:29)
David mismo Lo llama 'Señor.' ¿En qué sentido es, pues, su hijo?" Y la gran multitud Lo escuchaba con gusto. (Marcus 12:37)
Cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de Su enseñanza; (Mateo 7:28)
Por tanto, tengan cuidado de cómo oyen; porque al que tiene, más le será dado; y al que no tiene, aun lo que cree que tiene se le quitará." (Lucas 8:18)
y no encontraban la manera de hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de El, escuchando lo que decía. (Lucas 19:48)
El primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan, Pablo les hablaba, pensando salir al día siguiente, y prolongó su discurso hasta la medianoche. (Hechos 20:7)
Pues los que habitan en Jerusalén y sus gobernantes, sin reconocer a Jesús ni las palabras (las voces) de los profetas que se leen todos los días de reposo, cumplieron estas escrituras, cuando Lo condenaron. (Hechos 13:27)
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. (Hebreos 2:1)
Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía. (Hechos 16:14)
Volviendo arriba, después de partir el pan y de comer, conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó. (Hechos 20:11)
Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen. (1 Tesalonicenses 2:13)
Porque Moisés desde generaciones antiguas tiene en cada ciudad quienes lo prediquen, pues todos los días de reposo es leído en las sinagogas." (Hechos 15:21)
Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así. (Hechos 17:11)
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias."'" (Apocalipsis 3:22)
Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los oficiales de la sinagoga les mandaron a decir: "Hermanos, si tienen alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablen." (Hechos 13:15)