Nueva Biblia Latinoamericana
también veinte tazas de oro que pesaban 8.5 kilos (mil dáricos), y dos utensilios de fino y reluciente bronce, valiosos como el oro. (Esdras 8:27)
Y les dije: "Ustedes están consagrados al SEÑOR, y los utensilios son sagrados. La plata y el oro son ofrenda voluntaria al SEÑOR, Dios de sus padres. (Esdras 8:28)
Vigilen y guárdenlos hasta que los pesen delante de los principales sacerdotes, los Levitas y los jefes de casas paternas de Israel en Jerusalén, en las cámaras de la casa del SEÑOR." (Esdras 8:29)
Así que los sacerdotes y los Levitas recibieron la plata, el oro y los utensilios ya pesados, para traerlos a Jerusalén a la casa de nuestro Dios.
Partimos del río Ahava el día doce del mes primero para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y de las emboscadas en el camino. (Esdras 8:31)
Llegamos a Jerusalén y nos quedamos allí tres días. (Esdras 8:32)
Y al cuarto día la plata y el oro y los utensilios fueron pesados en la casa de nuestro Dios y entregados en mano de Meremot, hijo del sacerdote Urías, y con él estaba Eleazar, hijo de Finees; y con ellos estaban los Levitas Jozabad, hijo de Jesúa, y Noadías, hijo de Binúi. (Esdras 8:33)

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Esdras 8:30 - Referencia Cruzada

Con toda mi habilidad he provisto para la casa de mi Dios, el oro para las cosas de oro, la plata para las cosas de plata, el bronce para las cosas de bronce, el hierro para las cosas de hierro, la madera para las cosas de madera; también piedras de ónice, piedras de engaste, piedras de antimonio, piedras de varios colores, toda clase de piedras preciosas y piedras de alabastro en abundancia. (1 Crónicas 29:2)
La gloria del Líbano vendrá a ti, El ciprés, el olmo y el boj a una, Para hermosear el lugar de Mi santuario. Y Yo haré glorioso el lugar de Mis pies. (Isaías 60:13)
Por amor de la casa del SEÑOR nuestro Dios Procuraré tu bien. (Salmos 122:9)
Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropas y hombres de a caballo para protegernos del enemigo en el camino, pues habíamos dicho al rey: "La mano de nuestro Dios es propicia para con todos los que Lo buscan, pero Su poder y Su ira contra todos los que Lo abandonan." (Esdras 8:22)