Y los jóvenes que se habían criado con él le respondieron: "Así dirá al pueblo que le ha hablado: 'Su padre hizo pesado nuestro yugo, pero usted hágalo más ligero para nosotros.' Así usted les dirá: 'Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre.
(2 Crónicas 10:10)
Por cuanto mi padre los cargó con un pesado yugo, yo añadiré a su yugo; mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones.'"
(2 Crónicas 10:11)
Entonces vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer día como el rey lo había dicho: 'Vuelvan a mí al tercer día.'
(2 Crónicas 10:12)
El rey les respondió con dureza, pues el rey Roboam había despreciado el consejo de los ancianos,
y les habló conforme al consejo de los jóvenes, diciendo: "Mi padre les hizo pesado su yugo, pero yo lo haré más pesado; mi padre los castigó con látigos, pero yo los castigaré con escorpiones."
(2 Crónicas 10:14)
El rey no escuchó al pueblo, porque esto venía de parte de Dios, para que el SEÑOR confirmara la palabra que El había hablado por medio de Ahías el Silonita a Jeroboam, hijo de Nabat.
(2 Crónicas 10:15)
Cuando todo Israel vio que el rey no los escuchaba, el pueblo respondió al rey: "¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos herencia con el hijo de Isaí. ¡Cada uno a su tienda, Israel! ¡Mire ahora por su casa, David!" Y todo Israel se fue a sus tiendas.
(2 Crónicas 10:16)
Otras publicaciones relacionadas con "2 Crónicas 10:13":
2 Crónicas 10:13 - Referencia Cruzada
El hombre, el señor de aquella tierra, nos habló duramente y nos tomó por espías del país.
(Génesis 42:30)
Al ver José a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y les habló duramente. Y les dijo: "¿De dónde han venido?" "De la tierra de Canaán para comprar alimentos," le respondieron ellos.
(Génesis 42:7)
Pero Nabal respondió a los siervos de David: "¿Quién es David y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos siervos hoy día que huyen de su señor.
(1 Samuel 25:10)
Pero mañana como a esta hora te enviaré mis siervos, y registrarán tu casa y las casas de tus siervos; y todo lo que sea agradable a tus ojos lo tomarán en su mano y se lo llevarán.'"
(1 Reyes 20:6)
Pero él abandonó el consejo que le habían dado los ancianos, y pidió consejo a los jóvenes que se habían criado con él y le servían.
(2 Crónicas 10:8)
Cesa, hijo mío, de escuchar la instrucción, Y te desviarás de las palabras de sabiduría.
(Proverbios 19:27)
La suave respuesta aparta el furor, Pero la palabra hiriente hace subir la ira.
(Proverbios 15:1)
Entonces Faraón dijo a Moisés: "¡Apártate de mí! Cuídate de volver a ver mi rostro, porque el día en que veas mi rostro morirás."
(Éxodo 10:28)