Nueva Biblia Latinoamericana
¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?'" (2 Reyes 19:13)
Entonces Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó, y subió a la casa del SEÑOR y la extendió delante del SEÑOR. (2 Reyes 19:14)
Y oró Ezequías delante del SEÑOR, y dijo: "Oh SEÑOR, Dios de Israel, que estás sobre los querubines, sólo Tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra. (2 Reyes 19:15)
Inclina, oh SEÑOR, Tu oído y escucha; abre, oh SEÑOR, Tus ojos y mira; escucha las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo.
En verdad, oh SEÑOR, los reyes de Asiria han asolado las naciones y sus tierras, (2 Reyes 19:17)
y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y piedra; por eso los han destruido. (2 Reyes 19:18)
Y ahora, oh SEÑOR, Dios nuestro, líbranos, Te ruego, de su mano para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo Tú, oh SEÑOR, eres Dios." (2 Reyes 19:19)

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2 Reyes 19:16 - Referencia Cruzada

Y devuelve a nuestros vecinos siete veces en su seno La afrenta con que Te han ofendido, Señor. (Salmos 79:12)
Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo (el Mesías) que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. (Hebreos 11:26)
Inclina Tu oído, Dios mío, y escucha. Abre Tus ojos y mira nuestras desolaciones y la ciudad sobre la cual se invoca Tu nombre. Pues no es por nuestros propios méritos que presentamos nuestras súplicas delante de Ti, sino por Tu gran compasión. (Daniel 9:18)
que Tus ojos estén abiertos noche y día hacia esta casa, hacia el lugar del cual has dicho: 'Mi nombre estará allí,' para que oigas la oración que Tu siervo haga hacia este lugar. (1 Reyes 8:29)
Tal vez el SEÑOR tu Dios oirá las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo, y lo reprenderá por las palabras que el SEÑOR tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda.'" (Isaías 37:4)
Ahora, oh Dios mío, Te ruego que Tus ojos estén abiertos y Tus oídos atentos a la oración elevada en este lugar. (2 Crónicas 6:40)
Inclina, oh SEÑOR, Tu oído y escucha; abre, oh SEÑOR, Tus ojos y mira; escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo. (Isaías 37:17)
Inclina a mí Tu oído, rescátame pronto; Sé para mí roca fuerte, Fortaleza para salvarme. (Salmos 31:2)
Tal vez el SEÑOR tu Dios oirá todas las palabras del Rabsaces, a quien su señor, el rey de Asiria, ha enviado para injuriar al Dios vivo, y lo reprenderá por las palabras que el SEÑOR tu Dios ha oído. Eleva, pues, una oración por el remanente que aún queda.'" (2 Reyes 19:4)