Un solo espíritu expresándose a través de diferentes manifestaciones

(Audio: Español)

RESUMEN: A pesar de que muchos cristianos viven una vida piadosa y aman al Señor, no han recibido la experiencia pentecostal de saturación y bautismo en la Persona del Espíritu Santo. Los discípulos de Éfeso en Hechos 19 ejemplifican este segmento de la vida cristiana. La Presencia del Espíritu Santo debe ser dinámica y efervescente en nuestras vidas, como ríos de agua viva que fluyen para bendición del Reino de Dios y nuestras propias vidas. Pablo escribió en Primera de Corintios 12, 13 y 14 sobre la relación del Espíritu Santo con cada creyente y con la Iglesia en general. Es esencial que los creyentes estén instruidos y sepan cómo moverse en la dimensión del Poder y la unción, y los dones del Espíritu Santo. Hay diferentes manifestaciones del Espíritu Santo, pero siempre es uno solo. Dios quiere que el Espíritu con el cual nos movamos sea uno que reconozca que Jesús es el Señor.

Muchas veces hay cristianos que, a pesar de que viven una vida piadosa y aman al Señor, y se han arrepentido de sus pecados, y han recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, y tienen la Presencia del Espíritu Santo en sus vidas, no han recibido esa experiencia pentecostal de saturación y bautismo en la Persona del Espíritu Santo.

Y estos discípulos de Éfeso que Pablo encuentra en Hechos capítulo 19, ejemplifican ese segmento de la vida cristiana que no ha tenido esa experiencia, a pesar de que reconocen a Jesús como su Señor y su Salvador, y por lo tanto son salvos, y tienen el Espíritu Santo dentro de ellos pero no en esa manera abundante y abrumadora, y dinámica en que Dios quiere que esté en ellos.