Todo pasa

Alberto González Muñoz
Alberto González Muñoz

RESUMEN: En Cuba ha habido una revolución espiritual en los últimos años, con un aumento significativo en el número de personas que practican la religión. Esto ocurre sin la ayuda de la propaganda mediática y se ha visto un entusiasmo y fervor desbordante en las iglesias. El Espíritu Santo está obrando en la isla de una manera como nunca antes se había experimentado. Los años en que las iglesias cubanas estuvieron vacías quedaron atrás. Hoy vemos a muchos regresar a la fe junto a otros tantos que reconociendo su necesidad de Dios, arrepentidos, hoy le buscan con ansias.

Cuando se escucha el nombre de la isla de Cuba siempre se piensa en una palabra: Revolución. Con ella se identifica el proceso social que por más de medio siglo se ha llevado a cabo en la isla caribeña. La revolución cubana es tan aplaudida por unos como condenada por otros.

Hay otra revolución que ha sucedido en Cuba, especialmente en los últimos años a la que no se la ha dado mucho espacio en los medios noticiosos. Desde la década de 1990 ha ocurrido en la Isla una verdadera revolución espiritual. Los cubanos, en un tiempo no interesados en la religión ni en las iglesias se han vuelto a ellas. Todas las denominaciones cristianas, así como otras religiones, reportan un crecimiento muy significativo en los últimos tiempos. Es un hecho ya reconocido en Cuba por quienes se dedican al estudio de los fenómenos sociales y por las propias iglesias en sus estudios estadísticos. Además es evidente a simple vista. Hay multitud de nuevas congregaciones y muchas iglesias se reúnen en los hogares de los cristianos, con un entusiasmo y un fervor desbordante. Lo más impactante es que ese fenómeno ocurre en un país donde no se predica el evangelio por los medios masivos de comunicación y la difusión de la fe transita exclusivamente a través de las relaciones humanas sin el uso de propaganda mediática de ningún tipo. Muchos países, que sí tienen esa posibilidad, no experimentan el mismo interés por los asuntos espirituales ni el mismo crecimiento en la vida de las iglesias.

Los cubanos, sin duda, hemos sido bendecidos por Dios, y el Espíritu Santo está obrando en la isla de una manera como nunca antes se había experimentado. Del mismo modo que como en el libro de Génesis, hablando de la creación dice que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas (Génesis 1:2), ese mismo Espíritu se mueve ahora en el país tocando a las personas y estimulándoles para que busquen a Dios y le sigan.

Los años en que las iglesias cubanas se vieron vacías mientras un poderoso movimiento de ateísmo e incredulidad se adueñaba de la nación, quedaron atrás. Sin duda los verdaderos creyentes sufrieron, pero confiaron en Dios y esperaron en él. Aquellos tiempos difíciles pasaron y hoy vemos a muchos regresar a la fe junto a otros tantos que reconociendo su necesidad de Dios, arrepentidos, hoy le buscan con ansias. ¡Dios es grande!

¡Dios les bendiga!

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