Gratitud
Faustino de Jesús Zamora VargasSiempre se trata de Dios. El produce los cambios y trae las nuevas sazones. Dios dispone cuando el corazón se humilla. Sobre esta tierra hermosa, millones se han postrado invocando el nombre de Dios por décadas y parece que ya estamos en el umbral de un amanecer diferente donde la esperanza trae sonrisa nueva y aires nuevos
para olvidar los viejos resabios definitivamente y glorificar al que vive por los siglos. El pueblo de Dios en esta isla nunca ha dejado de buscar su rostro. Aprendimos a orar por los que están en eminencia, con un ojo abierto y otro cerrado, pero siempre con la esperanza como almohada debajo de las rodillas dobladas.