La actitud del triunfo - Parte 2

(Audio: Español)

RESUMEN: El pasaje de Deuteronomio 28 es un punto de partida para hablar sobre los elementos de una vida exitosa. La actitud correcta es esencial para recibir la palabra de Dios y sus principios. Si se obedece la palabra de Dios, Él promete exaltar y bendecir a su pueblo. La precondición es escuchar atentamente la voz de Jehová y poner por obra todos sus mandamientos. Dios hará prosperar y bendecir en la ciudad y en el campo, en la entrada y en la salida. Derrotará a los enemigos y enviará su bendición sobre todo lo que se emprenda. Esto es el marco para todas las empresas y esfuerzos. La clave es creer que lo que Dios ha hecho en la vida de otros, lo puede hacer en la tuya también.

La hermana Maribel Quiñónez compartió su testimonio sobre cómo Dios la sanó del asma, la ayudó a recibir una educación universitaria, la envió a estudiar en el extranjero y le dio una casa. El pastor enfatizó la importancia de tener una fe grande y ambiciosa para recibir grandes bendiciones de Dios. Comparó el pasaje del rey Josafat y Eliseo, en el que la fe limitada del rey solo permitió una victoria limitada contra el enemigo. La capacidad de creerle a Dios determina el nivel de bendición que se recibe.

La primera regla del éxito es creer en sueños grandes para el Señor y tener fe en que Dios puede bendecirte más allá de tu lugar actual. La segunda regla es creer que Dios está contigo y a tu favor en todo lo que emprendas. Creer en esto te dará valor para emprender cosas atrevidas en tu vida y poner una solicitud en una universidad que parece que no te van a aceptar. La persona de éxito ha sabido poner sus dudas y sus temores a un lado y creer simplemente que Dios está con ellos y siguen adelante. Nunca desprecies los pequeños comienzos, la gente de triunfo no lo hace.

Este sermón habla sobre la mentalidad y actitud que debemos tener para lograr el éxito en la vida. Se utiliza la historia de David y Goliat como ejemplo de cómo debemos tener una mentalidad positiva y confiar en Dios para lograr nuestras metas. Se enfatiza la importancia de hablar positivamente y profetizar en el nombre del Señor, así como de tomar decisiones basadas en la fe y no en la escasez. También se menciona la importancia de estar atentos a las oportunidades que Dios nos presenta y tomar medidas de fe y obediencia.

El sermón se trata de creer que Dios está contigo y dejar de lado el luto, el fracaso y la insignificancia. Se anima a creer que con Dios se puede conquistar cualquier cosa y se hace un llamado para entregar la vida a Jesús. Se puede encontrar más sermones en el sitio web de la congregación León de Judá.

Hay varios pasajes de hecho, pero quiero aislar uno, digamos, que puede ser útil como punto de partida al tema que yo quiero tratar con ustedes. Podríamos escoger muchísimos pasajes, hermanos, pero, miren, vamos a ir a Deuteronomio 28, porque quizás sea uno que no voy a tener ocasión de discutir, pero por lo menos quiero plantar ahí en su corazón la promesa que hay en este pasaje que nos sirve como punto de partida. Porque estamos hablando acerca de cuáles son los elementos de una vida exitosa. ¿Cuáles son los elementos del éxito?

Y yo he llamado también a esta serie de sermones que inicié el domingo pasado a “la actitud del éxito”, porque me doy cuenta más y más mientras preparo los temas, que si tu no tienes la actitud correcta, la predisposición correcta, el marco mental correcto, cualquier cosa, cualquier sugerencia que yo te de, cualquier principio que yo comparta contigo, va a caer en tierra infértil. Si tu tierra está apretada y dura, la semilla va a rebotar de la tierra. Tu tierra tiene que estar preparada, removida para poder recibir el nutriente de la palabra de Dios y esa tierra es tu actitud. Esa tierra es tu disposición y si yo no preparo la disposición tuya, la actitud tuya, el marco mental tuyo, entonces todo lo demás que yo diga no va a tener éxito. El éxito comienza aquí, en la mente y en la voluntad y en la disposición del ser humano. Y Dios quiere cambiar nuestra mente y quiere cambiar nuestra actitud.