Sueños
Milagros García KlibanskyMuchas personas se preocupan cuando tienen un sueño que los impacta, casi nunca esos sueños son agradables, los sueños más impactantes son, generalmente, pesadillas y es por ese efecto que causa en nosotros que se vuelven a veces recurrentes. Pero los sueños son solo eso, sueños y aunque son consecuencia de la realidad que vivimos, no debemos buscar en ellos un mensaje que vaya más allá que el reflejo de nuestra vida.
Yo tenía 2 sueños de ese tipo, comenzaron cuando yo era una niña y uno era mi llegada a una casa donde había una muñeca negra de esas que ponen en lugares donde se practica la brujería y la dueña me decía que no la cogiera, pero en un descuido de ella la tomé y se me cayó al piso y estando acostada en el piso, abrió los ojos y me dijo:- te perseguirán toda tu vida, nunca tendrás tranquilidad. En ese momento yo salgo corriendo de la casa y comienzan a caerme gentes atrás, cada vez mayor en número, hasta que llego a una mansión como alejada en el campo y entro corriendo y me tranco pero sigo sintiendo la bulla de la gente afuera, ahí es que despierto siempre.
El otro sueño se trataba de que yo iba en mi velocípedo, (ahí se pueden dar cuenta desde que edad lo tengo) por una línea de tren y de pronto, venía el tren, yo acelero pero al ver que el tren se me viene encima, salgo de la línea, pero el tren sale también detrás mío, y me va persiguiendo, hasta que me despierto horrorizada.
He tratado de analizarlos en varias etapas de mi vida y siempre pensé que tenían que ver con una maldición o algo así, para mi tenían una connotación mística. Nada de eso, mi madre visitaba amigas que practicaban la santería y una niña no podía entender porque no la dejaban tocar una muñeca que estaba a su alcance y era un juguete. Quizá escuché alguna conversación allí que no debí escuchar y que dada mi edad, malinterpreté. Durante años esos sueños fueron significativos y realmente me sentía perseguida, los problemas arribaban a mi vida como si tuviera un imán para ellos. Hoy me doy cuenta que el imán eran mis actitudes, andaba tan inmersa en la vida mundana que todo lo hacía al revés y lo único que lograba era atraer los problemas y por tanto sentía que todos estaban contra mí, que me envidiaban y solo querían dañarme, sé que no soy la única que siente eso, hoy mismo deben haber muchas personas viviendo una vida como la que yo viví.
Cristo vino a cambiar todo eso, nunca más me he vuelto a sentir como entonces porque camino en otro rumbo y trato de no soltarme de su mano, mis temores se han disipado y mis relaciones han mejorado, los sueños se han esfumado y la ansiedad y el stress han sido cambiados por su paz. Él realmente nos ofrece una muerte a vidas como esas para nacer en Él a una vida apacible, Él nos da seguridad, porque, hagamos lo que hagamos, Él permanece fiel, no puede negarse a sí mismo, solo tenemos que entregarnos a sus brazos divinos y todas nuestras cargas se irán con Él para siempre, nuestro Señor tiene la potestad de cambiar vidas atribuladas en vidas llenas de su gozo y su plenitud. Estamos seguros de lo que decimos, es por eso que debemos compartirlo, seríamos egoístas si quisiéramos esta bendición solo para nosotros cuando hay para todos.